Sábado 17 de Mayo de 2025

21.4°

EL TIEMPO EN PARANA

22 de diciembre de 2024

“Sentimos la presencia de los que lucharon por sobrevivir”: la emocionante escalada hacia el escenario de la tragedia de los Andes

Un grupo de médicos y un experto en turismo se embarcaron en una audaz expedición hacia el collado del cerro Seler, donde el 13 de octubre de 1972, se estrelló el vuelo 571 de procedencia uruguaya con destino a Chile. Los aventureros conocían de memoria la historia de los rugbiers que se enfrentaron a lo imposible sin equipamiento y lograron salvar sus vidas, pero quisieron conocer el lugar y “palpar” esa dificultad. “Están los fierros ahí, hay ventanas del avión y parte del fuselaje; están los cuerpos y es como caminar por un cementerio”, dijo uno de ellos conmovido

>Dejaron sus ambos celestes y se calzaron las botas, crampones y antiparras; tomaron sus mochilas y piquetas, y allí fueron. El grupo conformado por experimentados montañistas y médicos del Hospital Universitario Austral se embarcó en una audaz expedición hacia el collado del Cerro Seler, en medio de la cordillera de Los Andes, con el objetivo de llegar al lugar del trágico accidente aéreo para honrar la memoria de quienes perdieron la vida tras el impacto ocurrido el 13 de octubre de 1972.

Teníamos ganas de conocer este lugar y de palparnos con toda esa dificultad de lo que ellos vivieron. Como destino de montaña era difícil y un lugar hermoso para ver”, cuenta Seoane por qué fueron hasta allí. El médico, nacido en 1973, creció escuchando la historia de ese grupo humano que desde siempre lo impactó, al punto de leer todos los libros escritos al respecto y de ver todo lo que se produjo en base a la tragedia más impactante en una montaña.

Es muy impactante estar en el lugar 52 años más tarde porque están los fierros ahí, hay ventanas del avión y parte del fuselaje; porque están los cuerpos y es como caminar por un cementerio”, describe el deportólogo sobre la expedición que iniciaron el pasado 15 de noviembre y que duró 4 días.

Luego de un recorrido de 1.200 km por ruta pavimentada, el grupo de especialistas en la salud, y a la vez pacientes por distintas dolencias y afecciones físicas, llegó a El Sosneado, el pequeño pueblo donde gestionaron los permisos para el esperado ascenso a la cordillera de Los Andes.

“El Valle de las Lágrimas se encuentra profundamente enclavado en la cordillera, cerca del valle del río Atuel, un lugar paradisíaco. El río Atuel, que está en el límite entre Argentina y Chile, tiene una extensión considerable, lo que imposibilita cruzarlo a pie. Entre diciembre y marzo, su caudal aumenta significativamente”, describe. Del otro lado de las caudalosas aguas, iniciaron un ascenso de diez horas, hasta llegar a los 2.600 metros de altura, donde está el campamento base conocido “El Barroso”.

Siguieron el camino costeando otros dos ríos de aguas gélidas, provenientes de glaciares superiores. “Abonado el permiso de ascenso, se puede dormir en carpas y cocinar en esas instalaciones. En este punto, hay que hidratarse muy bien para ir previniendo el apunamiento o ‘mal agudo de montañas’”, explica el médico deportólogo.

Leandro es celíaco desde hace 25 años; Adrián es trasplantado renal y en la expedición aportó su experiencia en el manejo de pacientes crónicos. Andrés superó cuatro cirugías de cadera y fue un verdadero ejemplo de resiliencia. Martín, que no tiene dolencias físicas, quiso estar en el lugar donde hace más de 50 años perdieron la vida sus compatriotas. Este grupo de amigos y colegas, realizó su primera expedición en Alta Montaña en 2009, cuando ascendieron el La experiencia continuó y luego de seis horas de esfuerzo, finalmente llegaron a destino: un paraje agreste donde la naturaleza imponía sus propias reglas. “Aquí sólo había nieve para fundir nieve, y unos playones naturales para instalar las carpas. Armarlas en esas condiciones fue una tarea ardua y las acciones más simples, como cocinar o hidratarse, requerían un esfuerzo extra. Gracias a unas comidas liofilizadas fabricadas en la Argentina, pudimos saborear nuestra cena en medio de estos paisajes monumentales: comimos arroz con verduras y guiso de lenteja, que solo hidratamos con agua hervida”, describe.

“El tercer día arrancamos a las 4:00 AM y nos adentramos en el corazón del glaciar, donde cada paso fue un desafío. Con los crampones clavados en el hielo y las piquetas en mano, asegurando nuestro camino, avanzamos zigzagueando por la pendiente. El viento helado azotaba nuestros rostros mientras escalábamos hacia el santuario del avión. Cinco horas más tarde, alcanzamos los 3.600 metros. Allí, entre los restos oxidados de la aeronave y la inmensidad de la cordillera, sentimos la presencia de aquellos que habían luchado por sobrevivir en este lugar”, dice emocionado.

Aquel 13 de octubre de 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya salió del Aeropuerto Internacional de Carrasco con destino a Santiago de Chile, se estrelló con 45 personas a bordo: 40 pasajeros y 5 tripulantes. Después de 72 días inimaginables, sólo 16 sobrevivieron. Esa experiencia pasó a la historia como la Tragedia de los Andes.

Estar allí, llenó de múltiples sensaciones a los médicos. “Es impactante. Genera tristeza pensar que ahí hubo un grupo de personas que tuvo que organizarse para poder sobrevivir; pensar que a los 12 días escucharon por radio que, después de unos 150 rastrillajes por avión que no los encontró, habían dado por terminada la búsqueda habrá sido desolador. ¡Qué desesperación! ¡Es tremendo! Esta historia es tremenda. Pero es la historia de la supervivencia, de cómo obtener agua, de cómo obtener alimento a partir de los cadáveres de sus compañeros que estaban ahí”, dice.

Repasando esa historia, que sabe casi de memoria, describe: “Esta tragedia ocurrió por error de cálculo del piloto y el avión Fairchild Hiller 227 impactó sobre el collado del cerro Seller deslizando parte de su fuselaje hasta la altura de los 3.600 metros. Las misiones de rescate insumieron 142 horas de vuelo y concluyeron definitivamente el 21 de octubre. Cerca de los sobrevivientes yacían los cuerpos sin vida de sus amigos, tapados debajo de un manto blanco”.

“Imaginarlos caminado por allí es darse cuenta de que afrontaron un desafío enorme porque no tenían crampones, no tenía las botas adecuadas, no tenían equipamientos, no tenía nada. Sólo el deseo de sobrevivir. Considero que ese fue el desafío más grande que hubo en la historia del montañismo”, reconoce.

Al décimo día de una caminata desgastante, los sobrevivientes se toparon con lo impensado, el milagro, lo que pareció una alucinación: tomaron contacto con unos arrieros chilenos que, al verlos desgarbados frente a un río, se quedaron pasmados. En un papel envuelto y arrojado con una piedra, Canessa escribió: “Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. En el avión quedan 14 personas heridas”.

Nuestro grupo de escaladores no se querían quedar solo con este relato y las imágenes de los restos del avión, y del monolito del santuario. Por eso, decidimos alcanzar el filo del cerro Seler, donde impactó aquella aeronave uruguaya 52 años atrás. Fueron 4 horas de caminata y una pendiente de hasta 50°. Llegamos al collado del cerro a 4.300 metros. Allí, se vislumbraba perfectamente la división de altas cumbres entre la Argentina y Chile. Realizamos una apacheta (montículo de piedras colocadas en forma cónica) y agradecimos a la Pachamama con vino tinto y hojas de coca”, relata el deportólogo.

Durante el descenso, el grupo vivió un momento de gran introspección. ”Fue bastante silencioso, porque a cada uno le pegó de diferente forma. Cuando estábamos saliendo del valle, cada uno se fue relajando y empezamos a comentar un poco lo que habíamos vivido. Eso me llamó la atención porque el descenso es en plena diversión y festejo por el logro, pero esta vez no había nada que festejar. Esta experiencia quedará en nuestras memorias como una de las más sentidas en la montaña”, confiesa.

Respecto del final de la travesía cuenta que pese al cansancio, el descenso que realizaron fue tan rápido como épico, y también extraño.

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!

  • Desarrollado por
  • RadiosNet