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9 de agosto de 2025

La historia de los Catorce Santos Auxiliares y cuáles tienen más influencia entre los católicos de Argentina

Son venerados desde la Edad Media por la Iglesia. El listado completo con las acciones que los hicieron llegar a la canonización

>La devoción a los santos en el cristianismo surge en los primeros siglos, tras el martirio de los primeros fieles durante el Imperio Romano. Hacia el siglo II, se veneraba a los mártires en sus tumbas, celebrando la Eucaristía en su memoria, como relata Acta Sanctorum. Este culto, llamado “dulia” (veneración, distinta de la latría reservada a Dios), reconoce a los santos como intercesores que, por su vida virtuosa, están en comunión con Cristo, pero no hacen milagros, los milagros los realiza Dios, y solo Dios.

La Iglesia Católica no publica un número exacto de santos canonizados, pero se estima que son más de 10.000, según el Martirologio Romano, que incluye a mártires, confesores y vírgenes canonizados formalmente desde el siglo IV. El proceso moderno, establecido en el siglo XVII, requiere milagros y virtudes heroicas.

Por ejemplo, la Iglesia Anglicana celebra figuras como San Agustín en su calendario litúrgico. Los católicos, ortodoxos y algunas iglesias reformadas, no “adoran” ni a los santos ni a sus esculturas. Son meros recordatorios. Es como cuando vemos la foto de un familiar fallecido, la besamos, es obvio que el beso va la memoria de nuestro familiar, no al papel.

Cada santo, con su historia y patronazgo específico, ofrece un refugio espiritual frente a los temores humanos. Pero, ¿quiénes son estos santos? ¿Quién los eligió como un grupo? ¿Por qué algunos, como San Roque y San Blas, resuenan más en Argentina?

El culto a los Catorce Santos Auxiliadores nació en el siglo XIV en el sur de Alemania, en un contexto de crisis marcado por la Peste Negra (1347-1351), que diezmó a un tercio de la población europea. En la región del Rin, particularmente en Ratisbona y el monasterio de Langheim, los fieles comenzaron a invocar a un grupo de santos cuyas vidas y milagros los hacían idóneos para interceder contra males específicos. Esta devoción, formalizada en el siglo XV, respondía a una necesidad espiritual: encontrar protectores celestiales en un mundo asediado por enfermedades, guerras y desastres naturales.

No existe un documento oficial que defina quién seleccionó a estos 14 santos, pero la tradición señala que su agrupación fue un fenómeno de devoción popular, consolidado por la Iglesia local en Baviera. El teólogo alemán Johann Eck, en su tratado De Sanctis (1530), escribe: “Los Catorce Santos Auxiliadores no fueron impuestos por decreto, sino elegidos por la fe del pueblo, que vio en sus vidas un reflejo de la caridad de Cristo”.

Su devoción se reforzó con la construcción de iglesias, como la Basílica de los Catorce Santos en Bad Staffelstein, diseñada por Balthasar Neumann en el siglo XVIII, un monumento que aún atrae peregrinos.

El teólogo Yves Congar (De Sanctis, 1960) explica: “Los Catorce Santos no fueron impuestos por la jerarquía eclesiástica, sino que emergieron de la fe del pueblo, que los vio como compañeros en el sufrimiento”.

La tradición hagiográfica, como los Acta Sanctorum y relatos medievales, consolidaron sus historias, aunque algunas, como las de Catalina o Margarita, tienen elementos legendarios. La Iglesia, sin definirlos dogmáticamente, aprobó su culto, que se extendió gracias a la predicación y el arte sacro.

San Roque, por ejemplo, su devoción es especialmente fuerte por su patronazgo contra las epidemias, un eco de las fiebres amarilla y cólera que azotaron Argentina en el siglo XIX. En Buenos Aires, la parroquia de San Roque es un centro de devoción, donde el 16 de agosto se bendicen perros en honor al milagro del pan.

San Blas, el patrono de las enfermedades de la garganta, es venerado en comunidades rurales y urbanas. La bendición de gargantas el 3 de febrero, con velas cruzadas, es una tradición arraigada en todas las parroquias de la Argentina. San Blas es querido en Argentina porque su milagro toca una necesidad universal: la salud para hablar y rezar.

Otros santos, como San Cristóbal (por los viajeros) y San Pantaleón (por los médicos), tienen presencia en Argentina, pero su culto es menos extendido, limitado a comunidades específicas o profesionales. Casi nula relevancia posee santos como San Acacio o San Ciriaco, se debe a que sus patronazgos (dolores de cabeza, posesión demoníaca) son menos comunes en la devoción popular moderna, en Argentina.

Como vimos, la devoción a algunos de los Catorce Santos Auxiliadores en Argentina se expresa en parroquias, procesiones y tradiciones populares. En Buenos Aires, Rosario y Mendoza, iglesias como la de San Roque o la de Santa Bárbara. Durante la pandemia de COVID-19, la figura de San Roque resurgió, con fieles rezando por su intercesión contra el virus. En comunidades rurales, Santa Bárbara es invocada durante tormentas, mientras que San Blas es un pilar en hospitales y escuelas.

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