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31 de agosto de 2025

Clima de Negocios: La historia de la empresa que comenzó haciendo arandelas y hoy invierte USD 300 millones en el primer RIGI industrial

Sidersa, que tiene una historia de 70 años, consiguió la aprobación del Gobierno para producir “acero verde”. Planes y desafíos de esta una compañía familiar

>Esta historia empezó en un galpón de 200 metros cuadrados. Allí, en 1956, José Spoto se asoció con un conocido y con un balancín, en el patio de su casa, empezó a hacer arandelas. Algunos pocos años después, su hijo Jesús amplió el negoció con socios, en San Nicolás: una planta desde donde vendía chapa de segunda calidad, cortes a medida e importación de algunos productos.

Spoto se inspiró en el plan 4x4 de Horacio Marín, presidente de YPF, y diseñó su proyecto 3x3, con el que buscará triplicar el volumen de la firma en tres años, con eje en tecnología, más automatización e Inteligencia Artificial (IA).

Sidersa –cuya planta actual tiene unos 100.000 m2 productivos donde hace chapas y perfiles laminados, entre otros productos– se define como una empresa familiar, profesional y de capitales 100% locales, “el centro de soluciones para la industria más relevante del mercado de servicios siderometalúrgicos”. Ahora promete revolución desde la Argentina en un mundo concentrado y con interrogantes globales: el acero está en el centro de la discusión por los aranceles y la fuerte presión que pone China, que no para de producir, intentar fijar precios y amenazar con inundar el mundo con productos cuyo ingreso a EEUU frena Donald Trump.

“Por su impacto económico, sus características tecnológicas únicas y la relevancia de las inversiones requeridas, la nueva planta se convertirá en un proyecto estratégico para el país. Es la primera vez en más de 60 años en que se construirá desde cero una siderurgia integrada en la Argentina”, dijo Spoto en diálogo con Infobae.

“Pasaremos de ser un integrador de soluciones a un productor de acero con escala industrial y utilizando la última tecnología disponible, lo que la convertirá en la planta más moderna, eficiente y sustentable del mundo. Nos permitirá integrar toda la cadena, generar productos estratégicos, reforzar nuestra presencia regional y dar un salto cualitativo en empleo, tecnología y sustentabilidad”, aseguró el CEO. En este momento, la empresa está nacionalizando los primeros embarques de maquinarias para su nueva planta en el puerto de Zárate.

¿Cómo ve a la economía argentina

¿Por qué hacen la inversión en este momento?

— Hay una demanda insatisfecha que en los últimos años tuvo que ser suplida por las propias usinas importando productos. Vemos la necesidad en nuestros clientes y entendemos que podemos brindarles este valor agregado con la calidad que acostumbramos y con la mejor tecnología que existe en el mundo. El consumo de acero per cápita en la Argentina es de los más bajos de la región (90 toneladas al año contra 140 promedio de la región o 200 en el mundo) por lo que, con el crecimiento de la construcción de infraestructura, la subida en esos indicadores es inevitable. La posibilidad de acceder al RIGI fue el impulso necesario que permitió que se concretara la inversión por la estabilidad y la previsibilidad que garantiza para avanzar con un proyecto de este calibre. En otras palabras: no es una decisión coyuntural, sino una apuesta de largo plazo que venimos madurando y que hoy tiene el contexto adecuado para concretarse.

— La estructura de financiamiento se divide en dos: por un lado los fondos propios de la compañía, que representan dos tercios del capital, y un tercio que se obtendrá a partir de una línea de financiamiento externo que cumple con los requisitos del RIGI dentro de los cuales estamos evaluando diferentes alternativas, específicamente asignado para la compra de maquinaria italiana de última generación. En un principio se había trabajado junto a BID Invest, el brazo privado del Grupo BID y al IFC (International Finance Corporation) con el objetivo de avanzar con el financiamiento del proyecto siderúrgico y se habían logrado acuerdos trascendentales. No prosperó, pero quedó establecida una excelente relación con ambas instituciones y está abierta la puerta para poder trabajar en conjunto en futuros proyectos.

Spoto, oriundo de Rosario, vive en Uruguay desde la pandemia, con su familia, aunque asegura que, a diferencia de otros empresarios que cruzaron el charco, sigue pagando impuestos en el país.

“Los precios se fijan en Brasil, hay una clara tendencia oligopólica y de no competencia” dice, off the record, una fuente del mercado. Spoto prefiere no hablar de la competencia, pero estima que puede hacer hierro para la construcción hasta un 20% más barato.

El nuevo centro de producción ocupará 80 hectáreas con un frente de 1,5 kilómetros sobre la Ruta Nacional 9, en un predio propio. Combinará infraestructura de última generación con procesos industriales automatizados y una hoja de ruta orientada a la eficiencia energética, la sustentabilidad ambiental y la integración a mercados globales. No tendrá operarios en el piso: apuntan a una operación robótica y automatizada manejada con tecnología desde centros de control. Representará el 20% de la producción de aceros largos y tendrá un potencial exportador de USD 350 millones, aunque el foco inicial será la industria local.

El CEO aseguró que podría comenzar a cotizar en la bolsa como parte del camino de profesionalización que impulsa desde hace años, pero no es algo que ocurrirá en el corto plazo.

¿Cómo ve a la empresa en unos 5 años?

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