Domingo 7 de Septiembre de 2025

EL TIEMPO EN PARANA

7 de septiembre de 2025

“No pienses que voy a dejarte”: la letra premonitoria de Gilda que reforzó la fe de los fans que la consideran milagrosa

Miriam Bianchi, más conocida como Gilda, famosa por los hits como “Fuiste” o “No me arrepiento de este amor”, murió en un accidente el 7 de septiembre de 1996 a los 34 años. La historia de la maestra jardinera que luchó por sus sueños como estrella de la cumbia, en un ambiente dominado por los hombres

>“Quisiera no decir adiós, pero debo marcharme. No llores, por favor, no llores, porque vas a matarme. No pienses que voy a dejarte, no es mi despedida. Una pausa en nuestra vida. Un silencio entre tú y yo.”, cantaba Gilda en No es mi despedida, el último tema que se le escuchó entonar antes del trágico accidente del 7 de septiembre de 1996 que le costó la vida.

Cabe recordar que, a raíz de ese choque ocurrido en el kilómetro 129 de la Ruta Nacional 12, cuando un camión proveniente de Brasil embistió al colectivo en el que se trasladaba la banda de Gilda en dirección a Entre Ríos, también fallecieron la madre de la artista, Isabel, su hija mayor, Mariel, otros tres músicos y el chofer que los trasladaba. Los únicos sobrevivientes de ese vehículo fueron Toti, quien se encargó de continuar su legado, y Fabricio, el hijo menor que la cantante había tenido como fruto de su matrimonio anterior con Raúl Cagnin, quien recién hace un par de años decidió lanzarse en el mundo de la música al igual que su madre.

Miriam Bianchi, la mujer detrás de la artista, tenía apenas 34 años y estaba en la cima del éxito cuando murió. Y se convirtió en leyenda. Pero algo entre místico y espiritual venía pasando con ella desde hacía tiempo. La maestra jardinera de Villa Devoto, que se había casado muy joven, había decidido patear el tablero cuando todos pensaban que ya era demasiado grande para cambiar de rumbo. ¿O acaso una mujer con dos hijos chicos podía darse el lujo de soñar con ser una estrella? ¡Pero qué locura! Además, en el género musical que ella adoraba, la cumbia, por esos tiempos prevalecían los hombres. De manera que, en su familia, nadie la apoyó.

Sin embargo, un día leyó en el diario un aviso que le cambió la vida. Toti, que para entonces ya había trabajado con ídolos como Ricky Maravilla, estaba buscando cantantes para un grupo musical. Y ella se presentó a la audición. Tenía, para entonces, 28 años de edad y la convicción de que el destino tenía preparada para ella una vida mucho más apasionante que la que había conocido hasta ese momento. Así que se la jugó. Empezó cantando en grupos como La Barra y Crema americana. Hasta que el empresario peruano José Cholo Olaya, dueño del sello Clan Music, la re bautizó con el nombre de Gilda y la hizo debutar como solista.

Convertida en uno de las mayores referentes de la cumbia, Gilda sigue vigente con su música hasta el día de hoy. Y no hay fiesta en la que no suene alguno de sus hits, como Fuiste o No me arrepiento de este amor. De hecho, su historia inspiró la película biográfica Gilda: No me arrepiento de este amor, protagonizada por Natalia Oreiro, y la obra de teatro musical Gilda, la obra, escrita y protagonizada por Florencia Berthold. En ambas se reflejó no solo su trabajo, sino también todo lo que generó a su alrededor.

Es que, a principio con mucha sorpresa, la artista se encontró con fanáticos que creían que tenía poderes sanadores. Estaban convencidos de que ella era capaz de hacer milagros. Y hasta había quienes daban cuenta de ellos, frente a la perplejidad de la propia Gilda que no sabía cómo explicar que no tenía dones especiales de ningún tipo. Pero, tras la prematura muerte de la cantante, este mito se potenció. Y muchos llegaron, incluso, a ponerle el mote de “Santa” y a rogarle para que les concediera algunos favores.

“Recuérdame en cada momento, porque estaré contigo. No pienses que voy a dejarte, porque estarás conmigo. Me llevo tu sonrisa tibia, tu mirada errante. Desde ahora en adelante, vivirás dentro de mí. Yo, por ti, volveré. Tú, por mí, espérame. Te pido, yo, por ti, volveré. Tú, por mí, espérame. No me olvides”, rezaba Gilda en el tema en el que, inconscientemente, se adelantó a su partida.

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