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28 de septiembre de 2025

El Gobierno le pagará a las industrias que restrinjan el uso de electricidad en los horarios pico del verano

Busca así reducir el consumo de grandes usuarios en momentos críticos para compensar el fortísimo consumo de los acondicionadores de aire en los días de mayor calor y en horas pico, como las 3 de la tarde. Las referencias a experiencias extranjeras

>El Gobierno nacional avanzó con la creación de un programa especial para aliviar la demanda de electricidad en los momentos de mayor tensión del sistema, en especial durante las olas de calor del verano. La iniciativa apunta a que los grandes usuarios reduzcan voluntariamente su demanda en horas críticas, a cambio de remuneración económica, para balancear el consumo y evitar cortes de suministro.

El texto de la resolución es explícito en cuanto a la experiencia de otros países que ya utilizan mecanismos similares. “Los antecedentes internacionales de programas de gestión de demanda diseñados para trasladar la carga de mayor potencia de la red demuestra que la eficiencia energética y otras medidas de reducción de la demanda, mediante incentivos de rendimiento vinculados al logro de objetivos que generen ahorro, ha tenido muy buenos resultados, como los reportados por la Administración de Información Energética de Estados Unidos en el Estado de California, los Programas de Eficiencia Energética de Energy del Reino Unido y el Programa de Gestión de la Demanda de Brooklyn-Queens (BQDM), entre otros”, señala uno de los considerandos.

El nuevo programa busca evitar que se repitan situaciones como las registradas en veranos anteriores, cuando los picos de consumo forzaron cortes preventivos en distintas zonas del país. La Secretaría de Energía identificó que el punto más delicado de la red en verano ocurre a las tres de la tarde, momento en que la temperatura ambiental y la actividad industrial coinciden en empujar la demanda hacia niveles máximos. A esa hora, los acondicionadores de aire explican alrededor de un tercio de todo el consumo residencial y convierten a este artefacto en un factor determinante de la estabilidad del sistema.

El esquema establece que podrán participar como “Usuarios Adherentes” aquellos que tengan una potencia máxima registrada superior a 300 kW y cuenten con sistemas de medición que permitan registrar consumos horarios. Los interesados deberán presentar ante el OED una propuesta estacional con la potencia que se comprometen a reducir y, si son aceptados, estarán obligados a responder en los momentos en que la Secretaría de Energía declare una situación crítica. Esa reducción funcionará como una reserva de emergencia, similar a la que se obtiene de una central eléctrica en stand-by, pero en este caso a partir de la menor utilización de equipos y procesos industriales.

La resolución 294 había establecido en 2024 un plan de contingencia para el período 2024-2026, con el fin de mitigar riesgos de cortes y asegurar el abastecimiento en los meses de mayor demanda. Esa norma contemplaba acciones en generación, transporte y distribución, así como la creación de un comité de seguimiento. La resolución 379 se presenta como un complemento de ese marco regulatorio, orientado específicamente a la reducción de la demanda.

De acuerdo con lo previsto, el programa será de carácter voluntario, por lo que su éxito dependerá del grado de adhesión que logre entre las industrias. Al mismo tiempo, el esquema de remuneración se considera clave para estimular la participación: quienes acepten disminuir su consumo recibirán un pago proporcional a la energía dejada de utilizar en los momentos más críticos.

Desde el Gobierno señalan que este tipo de programas es más económico y eficiente que invertir en nuevas centrales de generación solo para cubrir los picos estacionales. Además, insisten en que se trata de una práctica extendida en mercados eléctricos desarrollados. Pero al mismo tiempo reconocen que requiere un cambio cultural en la relación entre el Estado, las empresas y los consumidores de energía.

En paralelo, las autoridades admiten que el consumo residencial seguirá siendo un desafío central. El masivo uso de equipos de refrigeración durante las olas de calor constituye el principal factor de tensión en la red, y si bien el programa actual apunta a grandes usuarios, el debate sobre cómo moderar el uso de acondicionadores de aire en los hogares está sobre la mesa. Campañas de concientización y posibles medidas de incentivo al uso eficiente podrían sumarse más adelante.

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