3 de octubre de 2025
Bailar tango ayuda a retrasar el envejecimiento del cerebro, reveló un nuevo estudio

Científicos de América Latina y Europa mostraron que las disciplinas artísticas y los videojuegos de estrategia ofrecen efectos protectores únicos. Explicaron a Infobae qué rutinas favorecen un mejor funcionamiento mental
El estudio fue coordinado por Agustín Ibáñez y Carlos Coronel, en colaboración con científicos de América Latina y Europa. Contaron con el aporte de las iniciativas de investigación Global Brain Health Institute (GBHI) y el Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral (BrainLat).
El estudio identificó que ciertas actividades creativas se asocian con un menor envejecimiento cerebral. Las que demostraron mayor beneficio fueron:
- Para realizar la investigación, usaron técnicas como la inteligencia artificial y el registro de la actividad eléctrica cerebral para evaluar el efecto de las prácticas creativas.
El neurocientífico Coronel dijo a Infobae: “Nuestros resultados aportan evidencia biológica sobre el rol de las artes al demostrar que las experiencias creativas pueden ser una forma de medicina preventiva”.
Más allá de las aplicaciones clínicas, “el fomento de la creatividad tiene un gran valor en salud pública al fortalecer la resiliencia cultural y ofrecer a individuos y comunidades herramientas para afrontar el estrés, la incertidumbre y las crisis globales”. Antes del trabajo publicado, no existía información suficiente sobre los beneficios de las prácticas creativas en el envejecimiento cerebral.Intentaron romper la idea de que la creatividad es exclusiva o inaccesible. El objetivo fue probar que cualquier persona obtiene algún beneficio si se expone y practica actividades con regularidad y compromiso, tanto en el arte como en los deportes electrónicos.
Para abordar ese desafío, se trabajó de manera interdisciplinaria, con la biología, la informática, la psicología y la educación.
Luego, diseñaron un enfoque integral para identificar cuál era el efecto real que producen las actividades, sin limitarse a lo anecdótico.Los científicos reclutaron 1.467 voluntarios sanos de diferentes edades, nacionalidades y niveles de experiencia. Separaron a quienes tenían larga trayectoria en actividades creativas de los que nunca recibieron entrenamiento en arte o videojuegos.La investigación también midió el impacto de un entrenamiento breve. Personas sin preparación previa recibieron lecciones cortas en videojuegos estratégicos y luego se analizó su cerebro antes y después del aprendizaje.
Se aplicaron técnicas de electroencefalografía (EEG) para captar la actividad eléctrica cerebral y se procesó la información con aprendizaje automático (en inglés >El elemento clave fue un “reloj cerebral” operado por inteligencia artificial, que calcula la diferencia entre la edad real y el estado biológico del cerebro.
El análisis demostró que quienes practicaban estas actividades durante años presentaban un menor envejecimiento cerebral en comparación con los no expertos. Este resultado se mantuvo para todas las disciplinas creativas observadas por el equipo.
El grupo destinado al entrenamiento corto en videojuegos también presentó una reducción, aunque menor, en la edad cerebral tras finalizar la intervención. Los cambios positivos se concentraron en áreas cerebrales sensibles al paso del tiempo y al desarrollo de nuevas habilidades.“Nuestros hallazgos sugieren que las experiencias creativas (a través de las artes, la música o los juegos) pueden convertirse en una estrategia de salud pública”, señaló Agustín Ibáñez en diálogo con Infobae.
A partir de los resultados, los investigadores aconsejan sumar las actividades a la rutina semanal, con moderación.Con respecto a los videojuegos, hay que prestar más atención. El científico argentino aclaró: “Los resultados mostraron beneficios solo con juegos que exigen estrategia, planificación, flexibilidad y toma de decisiones rápidas, mientras que un videojuego control que no demandaba esas habilidades no produce retraso del envejecimiento cerebral”.
La práctica debe evitar excesos y nunca reemplazar otras costumbres esenciales como el ejercicio, la interacción social y el sueño reparador.Dentro de las limitaciones, el estudio admite la necesidad de investigaciones de mayor duración y con participantes que presenten condiciones clínicas distintas o necesidades especiales.
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