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20 de agosto de 2024

El envejecimiento no es lineal: cuáles son los cambios en el metabolismo que impactan en la salud física y mental

Una investigación de la Universidad de Stanford descubrió que la edad trae consigo drásticas alteraciones fisiológicas en dos edades diferentes de la vida. La alimentación y el estilo de vida son los factores clave para enfrentar estas transiciones y prevenir enfermedades

>Desde una mirada filosófica, desde el mismo momento del nacimiento estamos en un proceso de Sin embargo, solemos pensar en el envejecimiento solo a partir de cierto momento en la tercera etapa de la vida y, de alguna manera, en un proceso que evoluciona de manera relativamente estable, a la excepción de patologías graves. Sin embargo, un reciente La historia de Edipo puede ayudar a comprender este hallazgo. Cuando mencionamos al complejo de Edipo, nos referimos a veces sin saberlo a una narración mitológica griega en la cual este personaje, luego rey de la ciudad de Tebas, padece una serie de avatares existenciales como desposar a su madre o matar a su padre.

El enigma que la Esfinge le propuso a Edipo fue el siguiente: ¿qué ser camina primero de cuatro patas por la mañana, después sobre dos patas al mediodía y finalmente con tres patas al atardecer? El relato presentado en Edipo Rey de Sófocles mostraría que Edipo lo pudo resolver dando la respuesta correcta, se trata del hombre, el ser humano.

En medicina, el estudio de las etapas vitales, los aspectos evolutivos, en particular los neuroevolutivos, son aquellos que sirven para entender los diferentes procesos vitales y así, por ejemplo, el adagio “un niño no es un adulto pequeño”, sirve para entender que a cada etapa vital hay que entenderla en su particular contexto y extrapolaciones de otra etapa llevan a errores. Uno de los aspectos centrales a esto son los procesos que llevan al envejecimiento, como y porqué lo hacemos, y en particular cómo y a qué edades se dan estos procesos.

De manera general se asume que los distintos sistemas orgánicos van entrando en diferentes procesos de falla progresiva lineal y en paralelo con la edad cronológica, y así los cuidados deben ser progresivamente mayores según la edad.

Sin embargo, unEste planteo, en caso de confirmarse, permitirá entender algunos procesos que la sabiduría popular tiene incorporados y es que hay edades particularmente sensibles o algo que es una consulta habitual en cuanto a terapias para prevenir y abordar el envejecimiento y es que la persona relata que se encontraba bien y en un periodo relativamente corto y que sorprende y preocupa se acumularon una serie de procesos abiotróficos. Estos pueden ir de un incremento de arrugas o manchas en la piel hasta alteraciones rápidas del sistema nervioso como mareos o pérdida de la capacidad de concentración y memoria.

El estudio citado fue realizado por un equipo de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, que tomó una población de 108 personas sobre las cuales se estudiaron una serie de biomarcadores (omics). En el mismo se rastrearon miles de moléculas diferentes en personas de entre 25 y 75 años. Estos voluntarios proporcionaron muestras de sangre, heces, piel, saliva y muestras nasales por periodos espaciados por pocos meses durante varios años.

Los investigadores evaluaron más de 135.000 moléculas diferentes, incluyendo ARN, proteínas y metabolitos, también hicieron lo mismo con la flora microbiana (bacterias, virus y hongos) en el intestino, un aspecto que se le está dando cada vez mayor importancia en los procesos de envejecimiento normal y patológico del sistema nervioso y el impacto del mismo en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

El uso de la palabra, o sufijo en algunos casos, “omions, omico u oma”, se puede comprender en el ejemplo del frecuente uso de la palabra Esta modalidad del estudio en el cual los marcadores son tomados en muchos casos a nivel molecular, muestra que los cambios ocurren evidentemente a este nivel antes de años más tarde hacerse evidentes mediante manifestaciones clínicas visibles.

El hallazgo distintivo de este estudio es que los cambios ocurrirían en dos momentos o edades cronológicas particulares, entre los 40/44 años en una primera fase y luego vuelven a los 60/65 años. Esta evolución no lineal afecta aspectos biológicos clave como la respuesta inmune, los procesos inflamatorios diversos, considerados en la base de una serie de enfermedades, la alteración de vías hormonales o la metabolización de diferentes xantinas (como la cafeína o mateína), el alcohol o los carbohidratos.

Los hallazgos de este estudio presentan un especial interés en lo que hace al impacto en el sistema nervioso y de allí a la salud mental ya que, en cada una de esas etapas, ocurren cambios diferentes que manifiestan fragilidades a alguna función específica.

En la considerada la primera etapa de fractura, a los 40 años (alrededor de los 44 más específicamente), cambiaría de manera radical el metabolismo del alcohol, la cafeína y las grasas.

Es importante lo referente al alcohol ya que es una etapa en la que puede persistir la sensación de inmunidad a las enfermedades en función de la juventud y así se puede continuar o incrementar el consumo de alcohol en función de fenómenos de estrés o el aumento de presiones laborales o de la vida social.

Esto se repite con otras sustancias como el uso más reciente de las llamadas bebidas energizantes que tienen dosis muy altas de guaranina y azúcares y en ambos casos el metabolismo ya comienza a estar alterado, con consecuencias clínicas que no se suelen asociar a ese consumo.

Así, trastornos de sueño, un mal de la época cada vez más frecuente, o cuadros de ansiedad, o la somatización de la misma, pueden ser diagnosticados como un cuadro clínico específico, por ejemplo, trastorno de ansiedad generalizado y, en realidad, el consumo de cafeína (en nuestro medio frecuentemente mateína del mate), dé origen a palpitaciones, o mareos, o una serie importante de síntomas.

Por otro lado, aparecen síntomas hasta ese momento poco frecuentes como alteraciones renales o de medio interno o la aparición de edemas relacionados a este sistema que maneja el medio interno. Por último, quizás la más preocupante, que es la aparición de cuadros hasta ese momento no detectados como alteraciones neurodegenerativas que pueden empezar con afecciones cognitivas mínimas hasta problemas más importantes.

En conclusión, la posibilidad de imaginar a los procesos de envejecimiento como un fenómeno constante, pero de evolución no lineal, permite trazar estrategias dependientes de la edad y especialmente estar al tanto de sintomatología de probable aparición y que se evalúan y traten en ese contexto.

Un ejemplo de esto puede ser el no combatir un problema de insomnio con sedantes, que también varía su metabolismo con la edad, sino posiblemente controlar el uso de alcohol o cafeína y saber que a cierta edad si bien no debe generar una preocupación exagerada, las posibilidades de alteraciones neurodegenerativas son más probables y eso implica la necesidad de una serie de modificaciones en hábitos que hasta ese momento considerábamos normales.

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