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3 de septiembre de 2024

El choque de un “barco negro” reveló los peligros de la necesidad de China de petróleo barato

El Ceres I era conocido por formar parte de una flota “oscura” de petroleros que operan al margen de la normativa internacional para alimentar el apetito de Beijing por el crudo sancionado

>Un petrolero que viajaba desde Irán realizó una entrega en el puerto chino de Ningbo hace dos meses, antes de regresar al Medio Oriente. El Ceres I había efectuado este trayecto en varias ocasiones a lo largo del último año, sin embargo, esta vez no completó su itinerario.

Las autoridades de Malasia indicaron que el Ceres I había sufrido “dificultades técnicas”. No obstante, analistas de navegación y energía sugieren una explicación alternativa, basada en el patrón de movimientos del buque antes de la colisión: el Ceres I estaba transmitiendo una ubicación falsa en los canales de localización marítima.

China necesita este combustible, que se ofrece a precios inferiores a los estándares internacionales, para abastecer su sector manufacturero y sostener sus refinerías de petróleo. Para eludir los sistemas financieros y los servicios de transporte occidentales, China recurre a una flota de petroleros viejos y de calidad deficiente que opera ilegalmente. Según los analistas, esta flota representa una amenaza creciente para la seguridad de las rutas marítimas internacionales.

Una colisión que involucra barcos como el Ceres I “no era una cuestión de si ocurriría, sino de cuándo ocurriría”, comentó Ian Ralby, investigador senior en gobernanza marítima del Yokosuka Council on Asia-Pacific Studies. Miembros de la tripulación de ambos buques involucrados en el accidente resultaron heridos, aunque ninguno perdió la vida. Ralby advirtió que si el Ceres I no hubiera descargado su carga de petróleo, “estaríamos enfrentando una catástrofe”.

Los propietarios chinos del Ceres I no respondieron a las consultas de esta historia.

Los petroleros están obligados a transmitir su ubicación en su Sistema de Identificación Automática (AIS) para que puedan ser detectados por otros buques. Pero la “flota oscura” estaba enmascarando o falsificando sus ubicaciones en el AIS para viajar ilícitamente, dijo la OMI. Los riesgos de esto, advirtió la agencia, son “reales y altos” para la seguridad.

China no reconoce oficialmente que importa petróleo sancionado, pero defiende su comercio junto a países como Irán. “China lleva a cabo una cooperación energética normal con otros países bajo la ley internacional, lo cual es legítimo y legal”, dijo Liu Pengyu, portavoz de la Embajada de China en Washington, en una declaración.

El Ceres I se ha convertido en un prototipo de la “flota oscura”. Lanzado en 2001, había estado operando más allá del límite de ‘15 a 20 años’ que los operadores petroleros imponen por seguridad. En los últimos cinco años, ha navegado bajo cuatro banderas diferentes, siendo la más reciente la de São Tomé y Príncipe, un país insular africano conocido por sus bajas tarifas de registro y una supervisión laxa.

Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, cerca del 90% de los envíos de petróleo de China pasan por el Mar de China Meridional, una vía marítima en constante disputa, que es reclamada por siete gobiernos y, por lo tanto, difícil de vigilar.

Desde agosto pasado, Kpler ha detectado más de 1.005 embarcaciones únicas participando en transferencias de barco a barco en esta área, estimando que al menos el 30% de estas lo hacen de manera ilícita.

Este tramo de mar también fue el destino al que el Ceres I llegó a mediados de julio, tras salir del puerto en Singapur, según los datos de Spire.

Después del accidente, el Hafnia Nile, dañado por el fuego, fue remolcado de regreso al puerto de origen por un buque de la marina singapurense. El Ceres I estuvo desaparecido durante dos días y luego fue interceptado por la guardia costera de Malasia, que encontró al petrolero siendo arrastrado más adentro del Mar de China Meridional por dos remolcadores.

Las autoridades malasias indicaron que, según los hallazgos preliminares, el Ceres I había anclado debido a problemas técnicos y que el Hafnia Nile había intentado evitarlo sin éxito.

Hafnia, la empresa propietaria del Hafnia Nile, declinó responder a las preguntas, alegando que aún estaba investigando el incidente.

Ampatzidis, quien lidera el monitoreo de embarcaciones sospechosas en Kpler, afirmó haber identificado actividades que sugieren que el Ceres I realizó transferencias de barco a barco en múltiples ocasiones este año, incluyendo al menos tres veces en aguas malasias. “Lo que estamos viendo es un buque que ha estado vinculado a actividades ilícitas durante un extenso período de tiempo”, comentó.

Shanghai Prosperity Ship Management no respondió a las consultas. Ceres Shipping Limited no tiene información de contacto pública. Un agente listado de la empresa no respondió a consultas por correo electrónico ni a llamadas, y la Asociación de Armadores de Hong Kong, el principal grupo comercial para armadores en el territorio chino, indicó que no estaba al tanto de la empresa.

Aunque estos esfuerzos sugieren que las autoridades chinas, al menos a nivel local, están preocupadas por la llegada de petroleros de mala calidad a sus puertos, no han frenado el comercio de petróleo sancionado, afirman los analistas. En 2023, el petróleo de Irán, Venezuela y Rusia representó el 26% de las importaciones de petróleo de China, un aumento respecto al 20% en 2021, según datos de Kpler. En los primeros siete meses de 2024, esta cifra subió al 28 por ciento.

© 2024, The Washington Post.

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