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20 de noviembre de 2024

El argentino que presenció un extraño rito de una chica de 15 años en una lejana isla de Oceanía

Andrés Salvatori visitó Papúa Nueva Guinea. Recorrió la isla en barco y se detuvo en una aldea para presenciar esta ceremonia. Los detalles

>El río Karawari se desarrolla a través de la provincia de East Sepik en Papúa Nueva Guinea, un país que comparte su territorio en una isla junto a Indonesia, al norte de la extensa superficie de Australia. El río avanza sinuoso en medio del bosque lluvioso tropical de las tierras bajas, albergando una biodiversidad que incluye una inmensa variedad de flora y fauna. El ser humano también es uno de sus habitantes, adaptándose a lo que la naturaleza le da, en gran parte, y le exige, mucho más. Las aldeas se multiplican sobre las orillas del Karawari. Cada una ofrece rasgos de una cultura general pero también una increíble individualidad que las distingue. A tal punto que en toda la zona se estima que se hablan alrededor de 850 idiomas diferentes.

¿Por qué paramos en la Aldea Kundiman? Desde el bote vemos que en una de las casas de mayor tamaño hay mucha gente reunida. Consultamos a nuestro guía, y nos dice que en este momento están celebrando una ceremonia de Iniciación. Por eso, insistimos con el plan de poder presenciarla. Nos detenemos, el guía pregunta y ante la respuesta afirmativa, desembarcamos.

La chica protagonista no es muy alta, tiene la tez apenas morena, como el resto de las personas que la rodea, y el pelo muy corto y apenas ensortijado. Sobre su piel se va delineando la luna, pero además, un amplio dibujo en su espalda apenas sangrante que representa al símbolo del clan al que pertenece, llamado alamei, que significa rana. La ausencia de desayuno se relaciona con que los cortes son dolorosos, así que recién una vez que están hechos, se puede proceder a comer. La chica, sentada en el medio de la cabaña con el torso desnudo, al igual que muchas otras mujeres en la cabaña, comienza a alimentarse. Pero la ceremonia no termina ahí; todos aquellos que aprecian a la iniciada, primos, hermanos e incluso amigos, también se hacen cortes en sus espaldas. Uno de ellos, soporta inmutable como le hacen marcas con el instrumento filoso desde la cintura hasta los hombros, de acuerdo a lo que un diseño de un cocodrilo lo requiere, después de pasarle una especie de aceite que hace que la piel permanezca más firme y tonificada, lo que facilita las incisiones. En la iniciante la figura de la luna tiene su razón de ser. Según la tradición, la luna penetra a las mujeres vírgenes primero y recién después los humanos pueden tener sexo.

Descubrimos costumbres, compartimos tradiciones, nos sumergimos en la singular cultura de Kundiman, a orillas del Karawari, en la lejana Papúa Nueva Guinea.

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