30 de junio de 2025
Paradoja laboral: los salarios en dólares cayeron 30%, pero las empresas son menos productivas, según un informe privado

Mientras los sueldos pierden capacidad de compra, los costos que enfrentan los sectores productivos siguen siendo un obstáculo para la competitividad y las exportaciones
Por el contrario, permitir aumentos generalizados de las remuneraciones como resultado de negociaciones colectivas centralizadas podría mejorar la capacidad de compra en el corto plazo, pero agravaría los problemas de competitividad al elevar aún más los costos laborales en dólares para las empresas que producen bienes transables.
Estas cifras muestran que el salario en dólares experimentó una caída del 29%, mientras que la productividad —medida como el PBI generado por cada asalariado privado registrado— se redujo un 22% respecto a 2017. El análisis destaca que en ese año se registraba el período previo al desencadenamiento de la crisis cambiaria, cuyos efectos aún se sienten en la estructura económica.
El informe subraya que el principal desafío radica en mejorar la eficiencia económica, de forma que cada asalariado incremente el valor de lo que produce. Sin este cambio, no será posible lograr que los salarios reales crezcan de manera sostenida sin comprometer la competitividad de los sectores productivos, agrega el texto.
Otra referencia que ilustra la magnitud del problema es la comparación con la situación de mediados de la década de 1990. En esos años, el salario medido en dólares se encontraba en torno a 1.000 dólares mensuales a precios actuales, es decir, un nivel similar al vigente. Sin embargo, la productividad (PBI por asalariado privado registrado) era un 60% más alta. Esa brecha histórica advierte que la caída de la productividad no es un fenómeno reciente, sino parte de un proceso prolongado de estancamiento estructural.Frente a esta realidad, el análisis sugiere que las políticas públicas deberían enfocarse en generar un entorno más favorable a la producción para mejorar simultáneamente los salarios y la competitividad. Propone una agenda amplia, pero enfatiza tres aspectos considerados urgentes:- El texto también advierte sobre los riesgos de mantener un sistema de negociaciones paritarias excesivamente centralizado. Sostiene que ceder a las presiones para aumentos generales sin considerar la situación de cada sector o empresa podría forzar recortes de personal o cierres, especialmente en aquellas actividades más expuestas a la competencia internacional.Al mismo tiempo, se cuestiona la tendencia a exagerar la relevancia de la política cambiaria como solución aislada para resolver problemas de competitividad. Aunque un tipo de cambio más alto puede generar un alivio transitorio al mejorar los precios relativos de las exportaciones e industrias locales, no corrige la raíz del problema, que es la baja productividad. Devaluar de manera sostenida o abrupta termina erosionando el poder adquisitivo y puede desencadenar espirales inflacionarias difíciles de controlar.
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