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13 de julio de 2025

El auge de los sistemas constructivos alternativos redefine la competitividad en la construcción

Están impulsados por la necesidad de reducir costos, acortar plazos y optimizar el consumo energético. Arquitectos y referentes del sector explican sus ventajas. Cómo repercute en el empleo

>La En un contexto de aumento en el precio de los materiales, déficit de mano de obra especializada y creciente déficit habitacional, los sistemas constructivos no convencionales amplían su presencia en todo el país y promueven cambios en la matriz productiva del sector.

“Hoy se están utilizando diversos sistemas alternativos. Desde paneles Casaforma, que consisten en placas de tergopol con doble malla de acero a las que se proyecta mortero, hasta estructuras prefabricadas de hormigón con núcleo aislante. Son soluciones muy eficientes en términos energéticos y constructivos”, explicó Gerardo Fernández, presidente de la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina (CPC), al ser consultado por Infobae.

Según el dirigente, otras opciones en crecimiento son el sistema de madera OSV con tergopol, las estructuras tipo “chapa panel” con aislación interna, el tradicional steel frame y las combinaciones de placas cementicias, aislantes y placas de yeso sobre perfilería metálica. También destacó las casas prefabricadas de hormigón con núcleo liviano como otra de las variantes de construcción industrializada.

La arquitecta Soledad Zalazar, presidente del estudio Zwanik Zalazar, contó a Infobae que los métodos más utilizados actualmente combinan el método en seco con elementos tradicionales.

Ambos especialistas coincidieron en que los métodos alternativos permiten acortar sensiblemente los plazos de ejecución.

“Una casa tradicional puede llevar un año. Con estos sistemas, en seis meses la vivienda está terminada”, afirmó Fernández. Para Zalazar, el recorte de tiemposimpacta directamente en los costos, sobre todo para quienes deben pagar alquiler mientras aguardan la entrega de la casa. “Reducir los plazos significa menos gastos paralelos y menor exposición a subas de precios en los materiales”, agregó.

Además del recorte de plazos, los sistemas alternativos presentan ventajas claras en eficiencia energética.

“A nivel mundial se busca optimizar recursos. Estos sistemas actúan como una heladera de tergopol gigante: una vez forradas las paredes, la energía se conserva. Se logra un aislamiento térmico que reduce la demanda de calefacción o refrigeración”, explicó.

La perfilería de PVC, los vidrios dobles herméticos (DVH) y materiales aislantes forman parte del conjunto tecnológico que incrementa la eficiencia de las viviendas. Aunque persisten reticencias respecto de materiales como la placa de yeso, los expertos aseguran que empleados correctamente cumplen con las exigencias de durabilidad y confort.

“Contratar un profesional para planificar y supervisar la obra puede parecer un gasto extra, pero previene problemas, permite ordenar los pagos y anticipar la compra de materiales. Un plan de obra sólido sostiene los tiempos y los costos bajo control”, subrayó la arquitecta.

La comparación con el sistema tradicional muestra diferencias destacadas en la velocidad de ejecución, la incidencia del clima y el uso global de recursos.

Sin embargo, persisten prejuicios culturales. Gerardo Fernández observó que muchas personas desconfían de las tecnologías más recientes por cuestiones estéticas o por falta de información técnica. “A la gente le preocupa la placa de yeso porque cree que se rompe fácilmente, pero con la tecnología actual, el comportamiento de estos sistemas iguala al de la pared de ladrillo en resistencia y durabilidad”, sostuvo el especialista.

En paralelo al crecimiento de los sistemas industrializados surgen iniciativas innovadoras desde el ámbito académico que combinan eficiencia, sustentabilidad e inclusión. Entre ellos destaca el desarrollo de los “ecobloques”, bloques de construcción elaborados a partir de residuos plásticos reciclados.

La arquitecta María Elena Neumayer, referente del Departamento de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), presentó el proyecto en un encuentro de la red VinTecAr 4.0, junto con el Departamento de Ingeniería en Materiales y el Centro de Formación Profesional Nº24 D.E. 12 de CABA.

Cada ecobloque mide 19x19x39 cm, apto para muros portantes, incorpora celdas internas para reducir peso, facilitar el paso de cañerías y permitir armaduras verticales. Ofrece importante aislación térmica. Su composición integra hormigón con agregado liviano, cemento y cal como aglomerantes, y residuos como polvo de ladrillo, vidrio o tierra greda, junto con plástico reciclado.

El impacto ambiental se suma a beneficios sociales, como la capacitación en oficios y la generación de empleo. “Disminuye el volumen de plásticos en rellenos sanitarios, que contaminan suelo, agua y aire, y transforma residuos sin valor en materias primas útiles para la industria”, explicó Neumayer.

Con una demanda habitacional creciente, exigencias de mayor eficiencia energética y un escenario que obliga a repensar costos y plazos, las nuevas formas de construcción ganan protagonismo.

Soledad Zalazar resumió: “ahorrar no es solo elegir el sistema adecuado, sino planificar bien desde el inicio, acompañado por profesionales que conozcan las ventajas y limitaciones de cada tecnología”.

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