25 de julio de 2025
A 30 años de la muerte de Osvaldo Pugliese, el artista al que sus colegas consagraron como talismán “antimufa”

El autor de Pasional y La Yumba, que es considerado “patrono de los músicos” en el ambiente, motivo por el cual aún se imprimen estampitas con su rostro, falleció el 25 de julio de 1995
¿En qué momento don Osvaldo se convirtió en un amuleto de la suerte? ¿Y por qué? Como toda leyenda, tiene distintas versiones que con el correr de los años van adicionando más condimentos. La primera, la más aceptada, cuenta que todo ocurrió en los comienzos de los años ’90, durante la previa de un recital de Charly García. Dicen que había un inconveniente de sonido que nadie podía resolver y que, con a medida que pasaban las horas, empezó a preocupar los organizadores que temían que hubiera que cancelar el show. Hasta que a alguien se le ocurrió probar con un disco de Pugliese. Y, como por arte de magia, el problema se solucionó.
“Protégenos de todo aquel que no escucha. Ampáranos de la mufa de los que insisten con la patita de pollo nacional. Ayúdanos a entrar en la armonía e ilumínanos para que no sea la desgracia la única acción cooperativa. Llévanos con tu misterio hacia una pasión que no parta los huesos y no nos deje en silencio mirando un bandoneón sobre una silla“, dice la oración que acompaña la estampita de San Pugliese. Un hombre con un talento especial para la música, pero con una vida tan cotidiana como la de cualquier otro artista.
A partir de ese momento, empezó a consolidar su carrera pasando por los conjuntos de Francisca Cruz Bernardo alias Paquita, Enrique Pollet, Roberto Firpo y Pedro Maffia. Pero su sueño era tener su propia orquesta. No le resultó fácil. Y, en un primer intento, hasta tuvo que vender algunos instrumentos para poder regresar de una gira y no tuvo más remedio que volver a tocar para otros maestros. Pero, en 1936, su suerte empezó a cambiar. Por un lado, dirigió un sexteto formado por Alfredo Calabró, Juan Abelardo Fernández, Marcos Madrigal, Rolando Curzel, Juan Pedro Potenza y Aniceto Rossi, que debutó en el café Germinal de la calle Corrientes. Y, por el otro, se casó con María Concepción Florio, con quien tuvo a su hija Lucela Delma Pugliese, más conocida como La Beba.
El 11 de agosto de 1939, finalmente, don Osvaldo presentó su propia orquesta en el café El Nacional, junto a Enrique Alessio, Osvaldo Ruggiero y Eduardo Raimundo Armengol en bandoneones, Enrique Camerano, Julio Carrasco y Jaime Tursky en violines, Aniceto Rossi en contrabajo y, como cantor, Amadeo Mandarino. Y, con algunos cambios en sus integrantes pero su infaltable presencia en el piano, siguió actuando junto a ella a lo largo de más de cinco décadas.Compuso más de 150 temas y grabó unos 600 de otros autores. Contó con la colaboración de cantores de la talla de Roberto Beltrán, Roberto Chanel, Alberto Morán, Jorge Vidal, Jorge Maciel, Miguel Montero, Ricardo Medina, Alfredo Belusi, Adrián Guida y Abel Córdoba. Y su prestigio era tal, que cuando cumplió los 80 años fue homenajeado con su orquesta ni más ni menos que en el Teatro Colón. Pero, la realidad es que su vida y su obra no tuvo nada de sacra. De todas formas, los músicos saben que nunca está de más llevar una estampita suya en la billetera. Y, como decía León Gieco en Los Salieris de Charly, siempre es atinado mencionarlo, por las dudas. “Pugliese, Pugliese, Pugliese”.COMPARTIR:
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