3 de agosto de 2025
La pulseada por el dólar pasará factura: se espera un repunte de la inflación en agosto e impacto negativo en la actividad

El Gobierno apuesta a evitar que el precio toque el techo de la banda. Las tasas son una invitación al peso, pero de alto costo para la economía. El FMI y los inversores, preocupados por la débil posición de reservas del Central
El informe ve con buenos ojos que el dólar se haya movido en los primeros meses posteriores a la liberación parcial del cepo en el medio de las bandas cambiarias definidas, pero porque no llegó a incluir la presión sobre el tipo de cambio de las últimas semanas. Al tocar los $ 1.380 la cotización quedó en verdad mucho más cerca del techo que definieron el Fondo y Economía (hoy en alrededor de 1.450 pesos).
La respuesta para ponerle un freno al dólar fue bien ortodoxa: tasas de interés por las nubes (40 puntos por encima de la inflación esperada) y un aumento de los encajes bancarios, hasta el 40%, para restringir la liquidez del sistema financiero.Se supone que semejante artillería dará sus frutos. Si el mercado cree que el Gobierno defenderá el techo de la banda cambiaria, el negocio es pasarse a tasas en pesos. “Las Lecap ofrecen hoy una oportunidad única para llevarse una buena diferencia en moneda dura”, explicaron desde Max Capital. “Creemos que el Gobierno tiene un compromiso firme para defender el techo definido para el tipo de cambio bastante más allá de las elecciones y posiblemente hasta bien avanzado el 2026”, agregaron.Si los inversores empiezan a compartir esta mirada, debería producirse un ingreso de capitales apostando a instrumentos en moneda local. Las Lecap que vencen en los próximos meses tienen una tasa de hasta 60% anual. Este rendimiento mensual cercano al 5% mensual superaría con gran amplitud lo que podría dejar la compra de dólares en el caso que llegue al techo de la banda (alrededor del 8% como máximo hasta fin de año).Y si no alcanzara con la suba de tasas, el aumento de los encajes implicó una fuerte restricción a la cantidad de pesos que circulan en el mercado. Consecuencia: hay menos combustible para presionar sobre el tipo de cambio. Y también menos fondos para prestarles a las familias y a las empresas.La munición gruesa con cuasi seguro de cambio incluido debería ser suficiente para estabilizar el tipo de cambio. El propio Luis Caputo aseguró en una aparición en un streaming que veía con buenos ojos la última escalada cambiaria. “El tipo de cambio subió 17% y los precios ni se movieron”, aseguró el ministro de Economía.Se trata de toda una novedad para la economía argentina que el dólar suba y no se produzcan remarcaciones casi instantáneas. El “traspaso” al menos en julio fue inexistente y se espera que la inflación del mes repita el nivel de junio, es decir cerca del 1,6 por ciento.Los supermercados también empiezan a recibir listas remarcadas en el arranque de agosto y seguramente se abrirá una instancia de negociación con los proveedores.
Un rebote inflacionario de esta magnitud tampoco tendría un impacto relevante en las chances electorales del Gobierno. Los inversores tienen dos fechas en la mira: el 7 de septiembre que son los comicios en la provincia de Buenos Aires y el 26 de octubre cuando se realicen las legislativas.
Además de la inflación, el otro impacto que dejará la pulseada con el dólar está relacionado con la marcha de la economía. El aumento de las tasas y eventualmente la menor oferta crediticia tendría un impacto negativo tanto en el consumo de las familias como en la financiación del capital de trabajo de las empresas.Un informe de Fidelitas describió un síntoma de esta realidad al enumerar el incremento de la morosidad en las distintas líneas crediticias. En préstamos personales, por ejemplo, los atrasos pasaron del 4,1% al 5,6% entre junio de 2024 y mayo de 2025. Para tarjetas de crédito el salto fue desde 1,9% al 3,8%.
La cantidad de cheques rechazados también muestra un salto significativo, desde cifras menores a 10.000 mensuales hace un año a más de 60.000 en la actualidad. La cifra es equivalente a unos USD 125 millones mensuales, afectando la cadena de pagos en muchos segmentos.Si se logra dominar la escalada cambiaria, las miradas volverán rápidamente a posarse en el el proceso electoral. Incluso el FMI lo menciona como un posible punto de inflexión después del cual Argentina quedaría cerca de recuperar acceso pleno a los mercados, coincidiendo con una baja del riesgo país. El propio Caputo culpó al “miedo kuka” la debilidad que siguen mostrando los bonos en dólares y un riesgo país que se mantiene en niveles superiores a 750 puntos básicos.La explicación -de todos modos- luce un tanto simplista. El mercado sigue mirando con recelo las dificultades que presenta el Gobierno para acumular reservas y se mantienen las dudas respecto a la capacidad de pago de la deuda. “Pagamos el último vencimiento de julio con las compras que fuimos haciendo en los últimos meses, no tocamos un solo dólar de los que prestó el FMI”, señalaron en el entorno del ministro de Economía.Por eso Caputo aclaró además que el Tesoro ya compró unos USD 1.500 millones a través de operaciones “en bloque”. Además sumó una cifra similar con la colocación de BONTE 2030, que se suscribe en dólares pero paga en pesos. El reciente salto cambiario le impide al Gobierno, al menos en los próximos meses realizar otras colocaciones de este título a tasas razonables, por lo que se cerró una de las ventanillas abiertas para la acumulación de reservas.
COMPARTIR:
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!