2 de noviembre de 2025
Qué ocurre en tu cerebro cuando escuchás la música de terror en una película

Investigaciones recientes explican cómo ciertas combinaciones de sonidos activan los mismos mecanismos cerebrales que el miedo real. Disonancias, frecuencias bajas y ritmos imprevisibles son capaces de manipular emociones y potenciar emociones
La música que provoca terror directo, en cambio, se caracteriza por la densidad y la intensidad del sonido. Según una investigación liderada por Caitlyn Trevor, difundida por Scientific American, las composiciones más terroríficas suelen incluir un conjunto de instrumentos que imitan varios gritos simultáneos.
Estas estructuras densas y sonoras ocupan todo el espacio auditivo, mientras el volumen y el ritmo rápido se alternan para amplificar la reacción física en quienes las escuchan.La relación entre los sonidos de la música de terror y el miedo tiene raíces profundas tanto en la biología como en la cultura. De acuerdo con Susan Rogers, experta en cognición musical de Berklee College of Music, el cerebro humano reacciona ante ciertos estruendos graves porque, en la naturaleza, estas señales anticipan catástrofes: tormentas, temblores o estampidas.
Las frecuencias bajas e imperceptibles también provocan sensaciones incómodas, incrementando la impresión de peligro inminente sin identificar claramente la amenaza.Un estudio de 2016 sobre los tsimane’ de Bolivia señaló que los individuos expuestos a músicas sin armonía no diferencian entre los intervalos disonantes y los consonantes.
La capacidad de los compositores para jugar con lo familiar también potencia el efecto. Muchos films emplean melodías tradicionales o registros antiguos, distorsionados en calidad o entonación, para generar un tipo especial de inquietud. Este fenómeno, conocido como “el valle inquietante”, ocurre cuando un elemento reconocible adquiere matices extraños, desconcertando al oyente.El desarrollo de la música de terror se basa en manipular las predicciones del público. El cerebro humano se acostumbra a identificar patrones y anticipar sucesos. Según Scientific American, las bandas sonoras de terror explotan las expectativas frustradas a través de pausas repentinas, ritmos irregulares o cambios inesperados de tono. Cuando el sonido no sigue la lógica previsible, el sistema de alarma se activa y el miedo se intensifica.La música del cine de terror combina estrategias biológicas, recursos culturales y capacidades artísticas. Los compositores aprovechan sonidos ásperos, frecuencias bajas, disonancias y ritmos imprevisibles para crear piezas que desafían la tranquilidad del espectador y aumentan la eficacia de la narración audiovisual.
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