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19 de julio de 2024

El día que un espía anticipó el ataque japonés a Pearl Harbor y el jefe del FBI lo ignoró

En agosto de 1941 –cuatro meses antes del bombardeo contra la base naval en el Pacífico– un doble agente de origen serbio llevó a Estados Unidos datos que anunciaban la agresión nipona

>Cuando desembarcó en el puerto de Nueva York del buque que lo había traído desde Rio de Janeiro, el serbio Dusko Popov, un espía al servicio del MI6 británico que había logrado infiltrarse en la inteligencia militar alemana, llevaba tres días sin dormir, oscilando entre la furia y la depresión. Estaba así desde el momento en que el capitán del barco les había informado a los pasajeros que los japoneses habían atacado las instalaciones militares de los Estados Unidos en Pearl Harbor, en el Pacífico.

-¿Qué pasó, Charlie?

-Pearl Harbor, Charlie. ¿Por qué?

Popov no lo dejó terminar. La explicación del norteamericano acababa de multiplicar su furia y su indignación.

-Charlie, ¿qué carajo está diciendo? Me está hablando a mí, Charlie, no al New York Times. A mí, a “Triciclo”, a Dusko Popov, el tipo que llegó a Estados Unidos hace cuatro meses y les dijo que los japoneses atacarían Pearl Harbor antes de fin de año. Incluso les dije como lo harían…

-Sí, ya lo sé, todo lo que yo diga irá de tu boca a los oídos de Alá.

-¿Los oídos de quién?

El agente del FBI miró horrorizado al espía del MI6. Acababa de cometer un pecado capital: nombrar de manera burlona al intocable jefe del FBI, J. Edgar Hoover, uno de los hombres más poderosos de los Estados Unidos, quizás más que el presidente. Apenas se repuso, atinó a contestar con una velada amenaza:

-Olvide todo esto, Dusko; buscar una verdad fuera de su alcance puede ser peligroso. Puede inspirar una idea a míster Hoover…

La conversación de Popov con Lehman tuvo lugar el 10 de diciembre de 1941. Tres días antes, a las 7.48 AM, hora de Hawái, 353 aviones de la flota japonesa habían atacado la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, en el Pacífico. Los japoneses habían hundido 8 grandes navíos y destruido 188 aviones. La cifra de muertos era escalofriante: unos 2.400 militares y más de 50 civiles.

El ataque buscaba destruir buena parte de la flota estadounidense en el Pacífico para que no resistieran las acciones que los japoneses planeaban en el sureste asiático contra las posesiones ultramarinas de Gran Bretaña, Francia, los Países Bajos y Estados Unidos. El objetivo final era apoderarse de islas estratégicas en el Pacífico para conseguir petróleo y otro tipo de suministros.

El ataque empujó a Estados Unidos a una guerra que había logrado esquivar durante más de dos años. Al día siguiente, el presidente Franklin Delano Roosevelt pidió al Congreso una declaración de guerra contra Japón y el 11 de diciembre, Alemania e Italia le declararon la guerra a los Estados Unidos. Se abrió así un nuevo frente de la Segunda Guerra Mundial, con el que llegó a su máximo nivel de expansión.

Fue lo mismo que primero Charles Lehman y después el asistente de Hoover, Percy E. Foxworth, le dijeron a Dusko Popov, mintiéndole en la cara. El primero en advertirles a ellos y al jefe del FBI sobre el ataque japonés era precisamente él, el agente Triciclo, uno de los espías más informados y confiables que tenían los británicos.

Dusko Popov había nacido en un pequeño pueblo serbio en 1912 y cuando era niño su familia se mudó a Dubrovnik, una ciudad aristocrática ubicada sobre el Adriático donde los Popov tenían una hermosa casa de verano.

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, Popov fue contactado por la Abwehr – la inteligencia militar alemana – para que utilizara sus conexiones en Gran Bretaña con el objetivo de obtener información política, económica y militar. Antinazi no confeso, Popov aceptó pero al mismo tiempo se puso en contacto con los británicos, que le propusieron operar como doble agente. Esto es: pasarles información a los alemanes – en parte verdadera, en parte falsa – y utilizar ese juego para obtener información de ellos.

De allí que en el Palacio Estoril se hospedaban famosos millonarios, judíos refugiados en el Portugal neutral y espías de muy diversos orígenes, nombres y nacionalidades ficticias que tenían propósitos ultrasecretos. Cuando estaba en Estoril, Popov se mostraba fundamentalmente como un playboy y jugador empedernido. Tal vez por eso, años más tarde hubo quienes pensaron que Ian Fleming – también agente inglés – se inspiró en él para su personaje de James Bond. Años después, Popov negó rotundamente esa posibilidad. “Dudo que un Bond de carne y hueso hubiera logrado sobrevivir más de 48 horas como agente del espionaje”, explicó.

Para indicarle a Popov – a quien llamaban Iván – qué información debía obtener, los alemanes le daban largos cuestionarios que tenía que responder. Entre esas preguntas, el doble agente descubrió que dos de ellas podían tener una conexión.

En un segundo cuestionario, que Popov recibió poco antes de viajar a los Estados Unidos, los alemanes le pidieron que obtuviera toda la información posible sobre la base naval de Pearl Harbor, en Hawái, sus instalaciones, las fuerzas con que contaba y las defensas que la marina estadounidense desplegaba.

Popov nunca supo por qué la persona a la cual debía dar la información era el todopoderoso jefe del FBI, J. Edgar Hoover, en lugar de algún alto jefe de la inteligencia militar estadounidense, como indicaba la lógica más básica.

El agente Triciclo supo que la relación con Hoover no sería fácil cuando el jefe del FBI demoró durante semanas la reunión que le había pedido a través de la inteligencia británica. Cuando finalmente pudo verlo frente a frente no solo lo confirmó, sino que descubrió que sería peor que la que había imaginado.

-Yo dirijo la organización policial más impecable del mundo. Usted aparece de pronto, se instala en un piso lujoso de Park Avenue y se dedica a perseguir estrellas de cine. Y ahora viene a que yo le ayude a pasarle información a los alemanes. Es como todos los agentes dobles, está pidiendo información para venderla a sus amigos alemanes y así ganar mucho dinero para seguir con su vida de playboy – le reprochó Hoover con tono despectivo.

-No he venido a los Estados Unidos a infligir la ley ni a corromper su organización. He venido a contribuir en el esfuerzo de guerra. He traído una grave advertencia que indica exactamente dónde, cuándo, cómo y por qué va a ser atacado su país – le respondió.

-Este hombre pretende enseñarme a hacer mi trabajo. Dígale que se vaya – le ordenó.

La carpeta con información confidencial que Popov había llevado quedó sobre el escritorio. Hoover ni siquiera se dignó a abrirla en su presencia.

J. Edgar Hoover fue director del FBI durante 48 años, hasta su muerte ocurrida el 2 de mayo de 1972. Se mantuvo intocable en el poder haciendo uso de la información confidencial que tenía sobre los ocho presidentes cuyas órdenes, supuestamente, debía obedecer.

Dusko Popov murió en Cannes, Francia, donde seguía llevando su vida de playboy, en 1981. Poco antes de su muerte – con la autorización de la inteligencia británica – publicó “El Doble Agente: Triciclo”, donde relató todas sus misiones durante la guerra y tras la victoria de los Aliados. Allí contó, por primera vez, el affaire con Hoover sobre el ataque japonés a Pearl Harbor. Ninguno de sus antiguos jefes lo desmintió.

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