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18 de noviembre de 2024

Un desafío creciente para los estudiantes: cómo organizar su tiempo y no distraerse con la tecnología

El uso masivo del celular en las aulas y las exigencias académicas están superando la capacidad de muchos alumnos. The Wall Street Journal consultó a padres y docentes enfocados en desarrollar métodos para ayudarlos a estudiar en un entorno cada vez más desafiante

>Kay Nash, una profesional en el campo del derecho en Con el paso a secundaria, Nash observó una carga de trabajo creciente, con más asignaturas, proyectos y tareas que aumentaba las dificultades organizativas de su hijo. Ella intuía el riesgo de caer en una dinámica en la que los recordatorios, las exigencias de cumplir con plazos y la presión por obtener buenas calificaciones se convirtieran en una fuente de conflicto constante entre ambos.

Kay no deseaba esa relación con su hijo; quería un vínculo basado en el apoyo y la motivación más que en la crítica y la supervisión constante. “No quería tener que gestionar sus deberes escolares, gritándole sobre los plazos o sobre la importancia de las buenas calificaciones”, recuerda. “Quería una relación positiva y alentadora con mi hijo”, cuenta en el artículo de The Wall Street Journal.

Así descubrió un recurso aún desconocido para muchas familias: los entrenadores de función ejecutiva. Este nuevo enfoque en el apoyo educativo y emocional pone énfasis en ayudar a los estudiantes a desarrollar una serie de habilidades conocidas como función ejecutiva (EF, por sus siglas en inglés), fundamentales para la organización, la planificación y la adaptación a distintas situaciones.

Nash encontró que los entrenadores de EF podrían ayudar a su hijo a transformar grandes tareas o proyectos en objetivos más pequeños y manejables, además de a establecer un horario diario en el que también incluyera tiempo para el ejercicio, el descanso y la socialización.

Para muchas familias, estos entrenadores han llegado a ser más que un apoyo académico: son una guía para el desarrollo de habilidades esenciales que pueden fortalecer la autoconfianza y la autosuficiencia de los estudiantes. En palabras de Brandon Slade, fundador de Untapped Learning en Denver, el interés por este tipo de entrenamiento creció significativamente.

En las últimas décadas, la tecnología modificó el entorno educativo y personal de los jóvenes, multiplicando las fuentes de distracción y haciendo más difícil que los estudiantes mantengan la concentración y el control sobre su tiempo. El uso intensivo de dispositivos digitales no sólo fragmenta su atención, también aumenta los niveles de ansiedad y estrés.

A medida que los jóvenes se ven obligados a equilibrar las exigencias académicas, las actividades deportivas, el voluntariado y el proceso de admisión universitaria, las habilidades de gestión del tiempo y priorización de tareas se vuelven cada vez más críticas.

Sin embargo, la capacidad de cumplir con estas demandas es un desafío, ya que “la tecnología está fragmentando la atención de los niños, y la vida estudiantil se volvió mucho más exigente”, señaló Slade.

Este fenómeno se convirtió en un reflejo de un sistema educativo y social que, aunque promueve la multitarea y el éxito académico, dejó de lado la enseñanza de competencias fundamentales de organización, atención y manejo de la ansiedad.

Para Daniella Passno, subdirectora de The Browning School de Nueva York, el problema de la falta de habilidades de función ejecutiva en estudiantes es un tema urgente y evidente. Con años de experiencia en el ámbito educativo, presenció un marcado deterioro entre sus alumnos. “Estas habilidades se están perdiendo -dice-; el contexto de distracciones digitales está afectando drásticamente la capacidad de los estudiantes para gestionar sus compromisos académicos”.

El resultado es un estado de distracción constante. Un informe reciente de Common Sense Media revela que los adolescentes, en promedio, reciben 237 notificaciones diarias en sus teléfonos, lo cual representa una interrupción constante que les impide concentrarse en una sola actividad durante períodos de tiempo prolongados.

Además, todos los profesores en Browning reciben capacitación en el método de Cornell Notes, una técnica de toma de apuntes que ayuda a los estudiantes a enfocarse en ideas clave y estructurar sus pensamientos en puntos concretos. Este sistema, que incluye un resumen final de las lecciones, busca no sólo mejorar el rendimiento académico, sino también fortalecer las habilidades de análisis y organización, esenciales para el éxito futuro de los estudiantes.

A su vez, muchos educadores y entrenadores de función ejecutiva comenzaron a trabajar con los estudiantes para desarrollar estrategias concretas, como bloques de tiempo sin interrupciones tecnológicas y rutinas de planificación diaria que les permitan hacer un uso más consciente de sus horas de estudio y de descanso. El objetivo es ofrecerles herramientas no sólo para enfrentar el exceso de estímulos, sino también para manejar de manera saludable las expectativas y reducir el impacto del estrés en sus vidas cotidianas.

Aunque el entrenamiento en habilidades de función ejecutiva se convirtió en un recurso invaluable para estudiantes que luchan con problemas de organización y atención, su acceso está limitado a quienes pueden costearlo. Con precios que oscilan entre USD 125 y USD 225 por hora y sin cobertura de seguro en la mayoría de los casos, este tipo de apoyo queda fuera del alcance de muchas familias. Esta barrera económica crea una brecha de desigualdad en la educación, donde sólo un pequeño porcentaje de estudiantes -de familias con mayores recursos- pueden acceder al entrenamiento necesario para optimizar su rendimiento académico y su bienestar mental.

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