4 de diciembre de 2024
Un hombre está viviendo bajo el agua hace más de dos meses para romper un récord mundial

Rüdiger Koch se encuentra sumergido en el mar Caribe desde septiembre. El alemán intenta quedarse con el récord de más tiempo de permanencia en un hábitat submarino
Aunque la motivación de Koch está orientada principalmente a establecer un récord, su proyecto también tiene una dimensión ecológica interesante. La cápsula submarina sirve como un lugar de experimentación para la vida humana bajo el agua y actúa como un arrecife artificial que fomenta la vida marina. Según Koch, su instalación tuvo un impacto positivo en el ecosistema local: “Por la noche, puedes escuchar todos los crustáceos. Hay peces afuera, y toda esa vida, que no estaba allí antes de que llegáramos”, detalló en la entrevista con AFP.
Este impacto ambiental también está relacionado con la construcción de hábitats submarinos sostenibles, que podrían convertirse en una forma innovadora de generar espacios para la vida marina, al mismo tiempo que se realizan investigaciones sobre la viabilidad de comunidades humanas en el mar. El proyecto de Koch y su equipo se encuentra en una etapa temprana, pero las implicaciones de este tipo de investigación podrían ser fundamentales para el futuro de la exploración oceánica.Uno de los elementos claves que inspira a Koch es la posibilidad de trasladar parte de la humanidad a comunidades flotantes fuera de la jurisdicción de los gobiernos. Esta idea proviene del movimiento de seasteading, que promueve la creación de hábitats autónomos en el mar, basados en la autosuficiencia y la libertad de la regulación estatal. Koch comparte esta visión y, junto con su equipo, cree que el mar ofrece oportunidades para una expansión humana sin las restricciones del territorio terrestre.Según AFP, Koch está acompañado en este proyecto por Grant Romundt, un canadiense que también apoya la idea del seasteading. Aunque la idea fue criticada y es vista como controversial, ya que involucra la creación de comunidades fuera del control gubernamental, los avances tecnológicos de proyectos como el de Koch podrían sentar las bases para el desarrollo de colonias submarinas o flotantes que, en el futuro, serían capaces de ofrecer una solución a la sobrepoblación y la falta de espacio habitable en tierra firme.Vivir bajo el agua en un espacio tan reducido como el de Koch no está exento de retos. Aparte de la falta de contacto físico y social, existen dificultades psicológicas asociadas con el aislamiento. Sin embargo, el uso de cámaras de monitoreo y la interacción limitada con los visitantes ayudan a mantener un control sobre su salud mental. La cápsula está equipada con cuatro cámaras que graban su día a día, lo que permite a los operadores en la parte superior del tubo monitorear su estado físico y psicológico en todo momento. Eial Berja, un israelí que opera las cámaras, mencionó que un fuerte tormentón casi pone fin al proyecto debido a problemas técnicos, subrayando lo peligroso que puede ser vivir en el mar.
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