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26 de enero de 2025

Día Mundial de la Lepra: cuántas personas aún la sufren y qué falta para eliminarla

Con un período de incubación de hasta 20 años, la lepra sigue siendo una amenaza global. Cuáles son los síntomas iniciales, los factores que impiden su control y las soluciones propuestas

>La Se registraron 200.000 Desde la década de 1980 se desarrolló una terapia multidroga que cura la Hoy es el Día Mundial de la Lepra, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) invitó a realizar actividades de concientización con el lema Unirnos. Actuar. Eliminar para hacer un llamado de atención a los gobiernos, a los profesionales de la salud y a la comunidad en general para que se pongan en marcha acciones que realmente consigan interrumpir la transmisión y eliminar la enfermedad.

En 2023, se notificaron cerca de 25.000 nuevos casos de lepra en América Latina y el Caribe. Brasil reportó más del 90% de esos casos. Es la segunda nación con más casos reportados a nivel mundial. Otros países de la región notifican más de 100 casos por año: Argentina, Colombia, Cuba, Estados Unidos, México, Paraguay, República Dominicana y Venezuela.

En diálogo con Infobae, Ana Luciañez, asesora Regional en Enfermedades Infecciosas Desatendidas de la Unidad de Enfermedades Desatendidas, Tropicales y Transmitidas por Vectores en la sede central de la OPS en Washington DC. Estados Unidos, explicó cuáles son los factores que interfieren para lograr la eliminación de la lepra en América Latina y el Caribe.

La lepra se manifiesta de manera gradual, debido al largo período de incubación de la bacteria Mycobacterium leprae, que puede variar de 2 a 20 años o más.

Otra razón que obstaculiza es “la baja cobertura de actividades de control, incluida la vigilancia de contactos en las comunidades, sobre todo en áreas lejanas o marginadas, por falta de recursos humanos capacitados para realizar el diagnóstico”, señaló Luciañez.

Investigadores de Brasil, Estados Unidos, India, Indonesia, Reino Unido y Etiopía publicaron recientemente un trabajo que compila todo lo que se sabe sobre la patología en la actualidad en la revista Allí, detallan que los síntomas y signos de la lepra afectan principalmente la piel, los nervios periféricos y, en algunos casos, las mucosas de las vías respiratorias superiores y los ojos. Los síntomas principales son:

En casos no tratados o avanzados, la lepra puede provocar deformidades físicas y discapacidades avanzadas.

Las personas infectadas que no reciben tratamiento son las principales fuentes de transmisión. Por eso, la detección rápida y el inicio de la terapia multidrogas no solo curan a los pacientes, sino que también eliminan la capacidad de transmisión del patógeno.

Aunque el contacto con lesiones cutáneas y la exposición a reservorios animales, como armadillos y ardillas rojas, son posibles vías de contagio, su rol es limitado. Además, no es una enfermedad altamente contagiosa: la mayoría de las personas expuestas no desarrollan síntomas gracias a su inmunidad innata.

El tratamiento de la lepra combina rifampicina, dapsona y clofazimina. Este régimen, distribuido gratuitamente por la OMS, elimina eficazmente las bacterias y detiene la transmisión de la enfermedad.

Durante siglos, la lepra fue vista como una maldición o un castigo divino, lo que condujo al aislamiento social de las personas afectadas.

El impacto del estigma resulta en diagnósticos tardíos y en una menor disposición a buscar atención médica. También se ha detectado que muchas personas curadas enfrentan dificultades para reintegrarse social y económicamente.

La iniciativa “Cero Lepra”, organizada por la OMS y la Alianza Global para la Eliminación de la Lepra, es un movimiento global que busca erradicar la enfermedad como problema de salud pública. Esta estrategia busca garantizar que no haya transmisión activa de lepra, que las personas afectadas no enfrenten discapacidades evitables y que se elimine el estigma.

Expertos en la enfermedad publicaron en diciembre pasado una La herramienta incluye indicadores para identificar si la reducción en los casos es producto de un control efectivo o de problemas en la notificación. También estandariza procesos de vigilancia y facilita el diseño de políticas basadas en evidencias.

El especialista recordó que, ya en la década de 1990, se esperaba conseguir el control global de la lepra para el año 2000. “Pero en las primeras décadas del siglo XXI aún los profesionales de la salud estamos diagnosticando y tratando un número constante de pacientes. Este panorama indica que la transmisión de la enfermedad no se ha podido interrumpir”, opinó.

Una de las dificultades para combatir esta enfermedad radica en la limitada comprensión de los factores inmunológicos involucrados. Tiscornia detalló a Infobae que “todavía no sabemos en forma completa cuáles son las deficiencias inmunológicas que pueden hacer susceptible a enfermarse a un individuo, y cuáles son las respuestas inmunes que protegen a la mayoría de los humanos de contraer la lepra”.

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