2 de febrero de 2025
Es australiano, viajó a Argentina dos días y lleva 10 años viviendo en el país: “Acá te despertás y no sabés qué va a pasar”

Daniel Crook (41) llegó sin planes de quedarse, pero aquí encontró la vida que siempre soñó. Instalado en la provincia de Córdoba, aporta su mirada sobre nuestro país y cuenta por qué ama vivir acá
Hace algunas semanas, un video de Daniel sorprendido ante la cantidad de personas que había paseando a las doce de la noche por las calles de Mina Clavero se hizo viral. “Hay un montón de gente. En Australia, a las ocho de la noche, no hay nadie. Esto me sorprende mucho. ¿Cómo puede ser?”, preguntaba mirando a cámara.
Otro punto que le fascina tiene que ver con lo “familieros” y “solidarios” que son los argentinos. “Cuando vos tenés un problema en Australia, es tú problema”, dice haciendo hincapié en el “tú”. “Acá pasa todo lo contrario. Cuando tenés un problema, todos quieren ayudarte. Es hermoso. Esto es lo que amo de Argentina. Por eso, cada vez que me preguntan: ‘¿No extrañás a tu familia?’. Yo digo que mi familia está acá. Siento que mis amigos son mi familia porque me cuidan y me ayudan, muchas veces, más que mi familia”, agrega Daniel y sigue sumando ítems a la lista de cosas que adora de nuestro país. “A diferencia de los australianos, los argentinos son muy espontáneos. Allá podés estar dos semanas arreglando una salida. Acá es: ‘Amigo, ¿vamos a tomar algo?’. No hace falta planificar. No sé cómo funciona, pero funciona bien”.
Aunque se instaló en Nueva Córdoba, Daniel viajó por toda Argentina. “La última vez que vinieron a visitarme mis padres se quedaron tres meses y fuimos juntos al Perito Moreno y a la Cataratas del Iguazú. Después se sumó un amigo de Australia y fuimos a Jujuy. Ahí les hice probar el fernet con Coca y les encantó. ‘Daniel, preparanos un fernet’, me decía mi papá. Les gustó mucho”, cuenta.¿Si tiene alguna crítica? “En mis once años en Argentina, solo me robaron una vez en un festival: me sacaron el celular. Esa fue la única mala experiencia que tuve. Algo que me molesta es tener que hacer fila cuando voy al cajero. Me genera mucha frustración estar esperando quince minutos y que después no haya plata. Eso en Australia no pasa: ninguna de las dos cosas”, dice Daniel que, una vez al año regresa a Tamworth para reencontrarse con los suyos. La última vez que viajó, cuenta, pasó varios meses allá y sintió la diferencia económica con respecto a nuestro país.
“Por mi trabajo, allá pagan 70 dólares la hora. Un café cuesta solo 5 dólares. En Argentina, en cambio, el precio de un café puede equivaler a una hora de trabajo. No me parece justo, y quizá no está bien que lo diga, pero es la realidad”. Así y todo sigue eligiendo vivir en nuestro país. “Vos te despertás acá y no sabés qué va a pasar. En Australia es todo predecible, entonces es aburrido. Es un país super estructurado y sus habitantes muy fríos. La mayoría se emborracha para ser feliz. Acá, por el contrario, son naturales y demostrativos. No hay máscaras, hay una conexión verdadera”.Después de ese primer año dando clases para adolescentes, Daniel decidió crear su propia escuela de inglés online, que hoy tiene más de 400 alumnos y 40 profesores nativos de Canadá, Australia y Estados Unidos. Además, organiza eventos para practicar el idioma y hasta fundó Speakeasy’s, un encuentro internacional que se extendió hasta Australia.Su cuenta de Instagram (@englishnativeok) es, quizá, el mejor reflejo de su presente. Allí, Daniel combina la docencia con su amor por nuestro país y les explica a sus más de 100 mil seguidores desde cómo pedir un café en el Tortoni hasta frases que aprendió en Argentina. Todo en inglés.
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