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16 de febrero de 2025

El “costo argentino”, el dólar, Brasil y ahora Trump: los industriales suman tensiones y advierten por el empleo

La visita del ministro Luis Caputo a la UIA dejó certezas pero también dudas. Contrapunto sobre las importaciones y la preocupación por China

>¿La cancha está o no está desnivelada? Los industriales son contundentes cuando afirman que hoy no compiten en igualdad de condiciones con quienes importan y que son cada vez más los motivos por los cuales requieren de la ayuda del Gobierno para mejorar la ecuación. El Gobierno, en tanto, coincide en que los costos locales son altos, pero asegura que también hay impuestos altos para importar. “La cancha no está desnivelada”, dijo esta semana el ministro de Economía, Luis Caputo, para sorpresa de la UIA, con quien había estado horas antes reunido.

De todas formas, no hay industrial que no asegure que hoy conviene más importar que producir en el país. De hecho, en el encuentro con Caputo los miembros del comité ejecutivo le mencionaron que están creciendo las compras al exterior cada vez más y que se observará con más claridad durante este año.

La devaluación del real brasileño fue, durante el último año, un factor clave en el crecimiento de las compras del exterior, ya que el vecino país es el principal socio de la Argentina. Los últimos números de balanza comercial con Brasil de enero lo mostraron claramente: las importaciones superaron a las exportaciones por USD 326 millones, el déficit más alto desde 2018; y se trató del sexto mes consecutivo con números en rojo para el país.

Varios empresarios consultados aseguraron que hoy todas las empresas están evaluando qué importar durante este año y cómo hacer el mix con la producción local. Por lo tanto, gradualmente ello afectará el empleo, admiten en la UIA, al recordar que durante el último año la actividad cayó 9,4% y se perdieron 30.000 puestos de trabajo industriales. “Yo fabrico ciertos insumos y esos me conviene importarlos; tengo una diferencia de costo de 15 a 20%. Y después hay muchas empresas de calzado o electrodomésticos, por ejemplo, que ya empiezan a completar su línea de producción con artículos importados”, afirmó otro empresario. Y otro empresario alimenticio agregó: “Un paquete de fideos que fabricás en la Argentina resulta más barato comprarlo en Chile”.

Le sugirieron al ministro y a parte de su equipo propuestas tributarias, como la eliminación de los derechos de exportación y la devolución de saldos a favor acumulados en impuestos nacionales; avanzar con el proyecto de Ley de Promociones de Inversiones y Empleo, que fue presentado en el Congreso el año pasado, la reducción del costo laboral no salarial; y el resguardo del mercado interno frente a la competencia desleal.

Este último punto apunta fundamentalmente a China, ya que la UIA viene advirtiendo desde el año pasado que la mayor apertura facilitaba el ingreso de productos asiáticos que atentaban contra la producción nacional. Si hasta ahora ese país era una preocupación latente, desde esta semana lo es mucho más, ya que la decisión del presidente norteamericano, Donald Trump, de imponer aranceles recíprocos a los países con los cuales comercia Estados Unidos no sólo afectará a las empresas que exportan a ese destino sino que podría generar desvíos de comercio de China a la Argentina. En el caso local, preocupan los aranceles al acero y al aluminio, con exportaciones a ese país por unos USD 600 millones.

En la industria siderúrgica afirmaron que le pedirán una reunión al Gobierno y que esperan que pueda gestionar con Trump una excepción para el país. Pero ya lo anticipó el mandatario republicano: no habrá privilegios para los que han tenido superávit con su país. En el caso de la Argentina, históricamente ha habido déficit, excepto el año pasado.

Es decir que el mundo se está complicando para la actividad manufacturera, más aún con un Gobierno que avanza sin pausa con su modelo aperturista. El Gobierno les promete a los empresarios que bajará impuestos, pero la discusión son los tiempos. Durante enero, Caputo avanzó con una reducción temporal de las retenciones al campo para agilizar las liquidaciones, pero no puede asegurar que en junio pueda sostenerlo y tampoco puede afirmarle a la UIA cuándo le tocará a ellos.

Los industriales volvieron a mostrarle a Caputo con qué costos tienen que trabajar hoy y por qué afirman que la cancha está desnivelada. Por un lado, Argentina tiene la mayor carga fiscal sobre el sector formal de los países de la OCDE; el costo salarial industrial es de USD 2.100; el costo laboral no salarial es al menos un 67% del salario de bolsillo; la electricidad industrial cuesta más del doble que en EEUU; los costos logísticos superan en 43% al promedio regional; y el acceso al crédito bancario aún es bajo, con una tasa de interés real positiva que todavía es elevada, contra los precios industriales, según dice el documento presentado.

“El Gobierno considera que con los aranceles que hay y otros impuestos que le ponen a las importaciones (tasa estadística, por ejemplo), hay cierta protección. Y nosotros decimos que con la devaluación de Brasil, en un marco donde recién se están corrigiendo los desequilibrios macro, la caída de actividad y la sobreproducción china, en un marco de guerra comercial con Estados Unidos, hoy la cancha está desnivelada en favor de los productos importados”, resumió un directivo de la UIA, al tiempo que agregó: “Por eso le pedimos que acelere algunas mejoras tributarias y que proteja el mercado interno frente a la competencia desleal”.

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