Martes 6 de Mayo de 2025

26°

EL TIEMPO EN PARANA

8 de marzo de 2025

¿Por qué se marcha el 8 de marzo?: las mujeres son mayoría entre los pobres y minoría entre los ricos

En la Argentina las jóvenes sufren un 16,1% de desocupación y la falta de trabajo creció 3,4 puntos en el último año. Las trabajadoras tienen ingresos 27,7% más bajos por razones de género. El 38,7% de las empleadas son informales. El 65,0% con recursos altos son varones y el 61,4% de las personas con menos ingresos son mujeres

>El 8 de marzo se marcha en la Argentina y en todo el mundo. Pero, en un contexto de retroceso y de discursos que equiparan la igualdad ante la ley con la desprotección de las mujeres y la descalificación de las diversidades, la economía argentina refleja que no hay repunte para los bolsillos feminizados y la situación, lejos de mejorar, empeora. Las mujeres trabajan más, ganan menos, son más precarizadas, son más entre los pobres y son menos entre los ricos. Las cuentas no cierran.

Desde el ingreso al mundo del trabajo se intentó fomentar que las ciudadanas puedan trabajar en igualdad de condiciones. Pero una palabra mágica es tan intangible como un fantasma: conciliación. Las dificultades para compatibilizar la maternidad con las exigencias laborales expulsan a muchas mujeres del mercado de trabajo y las confinan al ámbito doméstico. La tasa de actividad muestra que las mujeres tienen un promedio de 52,1% y los varones de 70,5%. La diferencia de 18,4% muestra que las desigualdades existen y subsisten.

La desocupación femenina (7,9%) es más alta que la masculina (6,2%) y subió 1,7 puntos porcentuales desde el año pasado, según el estudio “8M en perspectiva económica”, del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Los varones jóvenes tienen una desocupación de 13,6% y las chicas de 16,1%. En el último año, la desocupación en varones, entre 14 y 29 años, creció 1,7 puntos porcentuales, mientras que en mujeres de la misma franja etaria aumentó 3,4 puntos porcentuales..

La autonomía económica es una deuda latente y notoria. Las mujeres buscan más trabajo y consiguen menos y, cuando encuentran, los empleadores les esquivan pagar la jubilación futura, la obra social y el aguinaldo. El 38,7% de las trabajadoras sufre condiciones informales a comparación del 35,0% de los trabajadores. La falta de registro no solo afecta más a las mujeres que a los varones, sino que, además, aumentó: en 2023 era del 36%. No es igual, es peor.

En Argentina la pobreza no afecta a todos por igual, perjudica más a las mujeres que son el 61,4% de las personas con menos ingresos, según resalta el informe para el 8M de CEPA. La feminización de la pobreza tiene consecuencias. Son ellas las que menos comen y las que más dan de comer, las que barren casas ajenas y son barridas por la presión para llegar a fin de mes, las que corren el colectivo para llegar a buscar a sus hijos/a la escuela y las que son corridas del derecho a un futuro protegido por la jubilación.

La desigualdad es clara. Ellas son más pobres y ellos son más ricos. La meritocracia, bien, gracias. Ellas trabajan 3 horas más por día que ellos en las tareas domésticas y la crianza de hijas e hijos. No es que no se esfuerzan, es que se esfuerzan más y su sacrificio resulta no reconocido y, mucho menos, capitalizado en intereses. Ellas compran yogurth con su salario que se come y se tira y no les da intereses ni aplausos de tiburones en inversión. Y ellos se guardan algo para jugar a las acciones, apostar al dólar o encriptar sus cuentas paralelas fuera del sostén de la familia.

No solo hay techo de cristal, sino que la Argentina está en el sótano de las mediciones de América Latina y Europa en cuanto a la jerarquización de las mujeres en cargos directivos. Argentina tiene un nivel bajísimo de mujeres en puestos de liderazgo (14,5%), solo por encima de Venezuela (5,4%), según un estudio de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), publicado en el portal “Somos Iberoamérica”. El primer lugar en el ranking lo ocupa España con un 39,5% mujeres en cargos directos junto a Portugal con un 31,8% en un estudio comparativo entre Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, México, Perú, Portugal, Uruguay y Venezuela.

“Mientras que la Unión Europea lidera con normativas como la Directiva (UE) 2022/2381, que exige un 40% de representación femenina en los consejos de administración no ejecutivos. En Iberoamérica las medidas son en su mayoría voluntarias y limitadas al sector público. Esto se refleja en los datos: España y Portugal, con normativas más robustas, presentan los niveles más altos de representación femenina en consejos de administración, mientras que países como Venezuela y Argentina muestran una participación inferior al 15%”, compara el informe “Mujeres en órganos de administración: análisis de empresas cotizadas iberoamericanas” de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).

Lo peor está por venir. Se promueve una ideología -supuestamente- centrada en la familia, pero se castiga a las mujeres que dedicaron su vida a la familia. El gobierno anunció que no va a prorrogar la moratoria (por lo que 9 de cada 10 mujeres que no llegan a completar sus aportes, según datos del ANSES) no podrían jubilarse. Se irían al banco de suplentes, sin jubilación y con el premio consuelo de Pensión Universal para Adulto Mayor (PUAM).

Es algo, pero no lo mismo. El valor es del 80% del haber mínimo (van a cobrar menos de lo menos) y lo van a poder cobrar mucho después (a los 65 en vez de a los 60 años). El gobierno de La Libertad Avanza (LLA) terminó con el programa “Registradas” para incentivar el trabajo digno y con derechos para las trabajadoras de casas particulares. ¿Licencias? ¿Vacaciones? ¿Aguinaldo? No, por favor, las mujeres que resuelven la vida de otras mujeres se tienen que poner el delantal y quitarse los derechos.

Los trabajos feminizados son los que más cayeron en la bolsa (no la de acciones, sino en la que se puede llenar el supermercado) y mientras se vuelve a intentar promover valores tradicionales (de mujeres dedicadas a la cocina y la educación de la infancia) más se desprecia esas virtudes en el mercado laboral. En la docencia el 77% del personal de nivel inicial, primario y secundario son mujeres. Las maestras y profesoras sufrieron una caída del 12% del sueldo por la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). No son solo números, son desigualdades. Lo que se niega no se mejora, se empeora. Y se marcha para que la realidad no retroceda.

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!

  • Desarrollado por
  • RadiosNet