11 de mayo de 2025
Vicente López y Planes, creador del Himno Nacional, integró el selecto grupo de patriotas que fundaron la Argentina

Hace 212 años, el 11 de mayo de 1813, la Asamblea General Constituyente aprobaba la canción patria
La América toda
se conmueve al fin,convoca a la lid;
a la lid tremendaa cuantos tiranos
la osan oprimir.En la noche del 26 de mayo de 1812 tres niños entonaron en un tablado público una nueva “canción patriótica”. Aquella canción, hoy desconocida, tenía versos de Saturnino de la Rosa y música de Parera. Por decreto del 22 de julio el Triunvirato encargó al Cabildo de Buenos Aires hacer unos himnos patrióticos para el canto de los alumnos. Creía el Gobierno ser de la mayor importancia “el que en todos los espectáculos públicos se entone al principio de ellos, con la dignidad que corresponde, la marcha de la patria”. También decía que se debía a diario en las escuelas de primeras letras cantar “un himno patriótico”, y un día a la semana en la Plaza de la Victoria, alrededor de la Pirámide del 25 de Mayo, alumnos y maestros repetir “los himnos de la patria con todo el decoro y acatamiento que exige esta augusta deidad de los hombres libres”.Fue así que en la sesión del Cabildo del 4 de agosto de 1812 se presentó una composición del franciscano fray Cayetano Rodríguez, también musicalizada por Parera y representada a toda orquesta. Los asambleístas del año 13 comprendieron, sin embargo, que los himnos y canciones conocidos hasta el momento no lograron producir el entusiasmo popular esperado. Las armas argentinas habían triunfado con Belgrano y San Martín, y ello había que resaltarlo. De allí que, a poco de instalada la Asamblea General Constituyente, se encomendase al diputado porteño Vicente López, poeta conocido y de valía, autor del Triunfo Argentino, que cantaba la derrota de los invasores ingleses en 1807, y de los versos a la victoria de Suipacha, la elaboración de un himno o marcha patriótica.La noche del sábado 8 de mayo el poeta López, que cinco días atrás había cumplido 29 años, se dirigió a la Casa de Comedias para presenciar la tragedia Antonio y Cleopatra de William Shakespeare. “Todos los pasajes patrióticos del drama eran de oportunidad y se aplaudían aplicados a las cosas y los sucesos, narró años después su nieto Lucio López. Después del segundo acto, Vicente deshaciéndose de sus amigos que procuraban retenerlo, salió a paso acelerado del teatro con el cerebro ardiente, el corazón palpitante, el pecho henchido de inspiración. Puede decirse que el Himno había nacido en ese momento”.Al día siguiente leyó a los fraternales Esteban De Luca, Manuel José García y Juan José Paso los borradores de su himno Marcha patriótica. Una antigua leyenda dice que fray Cayetano Rodríguez, entusiasmado por el poema de López, hizo pedazos la marcha que había hecho para que fuese el himno. El manuscrito original de la Marcha patriótica de López no fue conservado. Sólo se custodia la copia fiel hecha por el secretario Dr. Bernardo Vélez para ser enviada al gobernador intendente de Buenos Aires. Proclamaban la primera estrofa y el coro de la inmortal creación: Oíd, mortales, el grito Sagrado:Oíd el ruido de rotas cadenas;
Se levanta en la faz de la tierra
coronada su sien de laureles
CORO
que supimos conseguir;
o juremos con gloria morir.
Vicente López en un Sumario de mi biografía, conservado en el Archivo General de la Nación, estampó: “En abril [de 1813] fui comisionado por dicha Asamblea para presentar una marcha nacional. La presenté el once de mayo y fue aprobada por aclamación”.
Ha escrito Juan María Gutiérrez sobre el Himno Nacional Argentino: “Cada estrofa de este canto es un cuadro, cada imagen es un grupo de granito, animado por el soplo del genio, y que sólo la palabra, no el cincel, es capaz de tallar”. Y así, sigue Gutiérrez, “sólo dos monumentos de gloria antigua han permanecido al abrigo de todo insulto y son saludados con grato respeto, cada vez que amanece la eterna luz de Mayo: esos dos monumentos, son, la pirámide de la Plaza de la Victoria y la Canción Patriótica”.Con mirada de este presente se puede inferir que el político Vicente López se adaptó con habilidad a los movimientos y cambios en el poder durante aquellas décadas fundacionales. En realidad, era consciente de la necesidad de mantener la continuidad de la gobernabilidad del incipiente país porque el destino de la anarquía era el fracaso asegurado. Pero también sabía que él representaba el Himno Nacional, la canción patria que a pesar de las salvajes luchas internas nunca se dejó de cantar. Mal podía haber jugado y entregado ese valor simbólico de unidad a favor de alguno de los bandos en pugna. Ese fue Vicente López, el que por sus servicios públicos no cobraba, el que amaba por sobre todas las cosas su profesión de abogado y las letras. Nació y murió en la misma sencilla casa de la calle Perú 541. [Hoy a las 11.30 hs. se rendirá homenaje en el Cementerio de la Recoleta a Vicente López y Planes]Claudio Negrete es periodista y escritor, integrante de la Asociación Fundadores y Pioneros de Vicente López
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