3 de noviembre de 2024
Cinco prácticas comunes que debes cambiar si quieres mejorar tu seguridad en internet

Algunos usuarios ignoran temas sencillos que ponen en peligro, como el acceso a links desconocidos
- Cada vez que entramos a un sitio web, nos enfrentamos a la ya familiar ventana emergente que nos informa sobre el uso de cookies. Por comodidad, la mayoría de las personas tienden a hacer clic en “Aceptar todo” sin pensarlo dos veces. Sin embargo, las cookies pueden almacenar información valiosa, como nuestro historial de navegación y detalles de inicio de sesión. En manos equivocadas, estos datos pueden ser utilizados para fines maliciosos.
Reutilizar la misma clave para diferentes cuentas es un hábito peligroso. Aunque resulte más fácil recordar una sola contraseña, esta práctica nos hace vulnerables a ataques de credential stuffing, en los que los hackers utilizan contraseñas robadas de una plataforma para intentar acceder a otras. Esto se complica aún más cuando la información personal recopilada en distintos sitios es ensamblada para realizar ataques de ingeniería social más sofisticados.
La mejor práctica es crear contraseñas únicas y robustas para cada cuenta. Para gestionar de forma segura múltiples contraseñas complejas, considera utilizar un gestor de contraseñas independiente, que no dependa de tu navegador, ya que estos pueden fallar en momentos críticos.- El phishing es una de las formas más comunes de ciberataques y se basa en engañar a las personas para que hagan clic en enlaces fraudulentos enviados por correo electrónico. Estos correos pueden parecer legítimos, incluso replicando a la perfección la apariencia de una institución reconocida, como un banco. Sin embargo, al hacer clic en el enlace, el usuario puede ser redirigido a un sitio web falso donde se le pide ingresar datos personales o financieros, lo que compromete su seguridad.
Usar una única dirección de correo electrónico para registrarte en diferentes servicios puede facilitarte la gestión de tus cuentas, pero también te expone a varios riesgos. Por un lado, algunos servicios tienen sistemas de inicio de sesión poco seguros que permiten a otros usuarios verificar si una dirección de correo está asociada con una cuenta, lo que compromete tu privacidad.
Una alternativa es utilizar alias de correo electrónico. Estas direcciones funcionan como un intermediario, protegiendo tu correo real y permitiéndote identificar qué sitios están compartiendo tu información.
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