25 de diciembre de 2024
Las nuevas palabras admitidas por la RAE: las útiles y las innecesarias, las bellas y las feas, las curiosas y las compuestas

Los últimos días de todos los diciembres, la Real Academia Española (RAE) nutre y actualiza su lista de más de 93 tres mil palabras ya consagradas por los académicos. Cuáles son las que refieren a temas de tecnología, de música, de cocina, de deportes y cuál es la definición de estas flamantes incorporaciones al diccionario de habla hispana
Hay algunas expresiones curiosas, otras bellas y sugerentes, otras que hacen tanto ruido que te machacan los oídos y hasta expresiones compuestas por más de una palabra. Entre ellas: “centro de salud”, “unidad móvil”, “voto castigo” o “de castigo”, “zona cero” o “zona de confort”. Por ejemplo, “zona de confort” implica: “Estado mental o situación en que prevalece la sensación de seguridad y de comodidad con lo conocido”. Vamos, que a eso, antes, se le podía llamar vagancia. Pero no: la RAE define a vagancia como “pereza y falta de ganas de hacer algo”. Cuestión de matices. El “voto castigo” o “de castigo” es aquel que “se concede a una opción con el propósito preferente de perjudicar a otra”. El secreto de la acepción está en la palabra “preferente”. La sutileza de los académicos es fantástica.
La cocina se lleva unos buenos platos entre las nuevas palabras incorporadas al diccionario de la RAE. “Barista” designa a la “persona experta en la preparación y presentación del café u otras bebidas elaboradas con él”, y también a la persona “que tiene o atiende un bar o una cafetería”. “Tabulé” es un plato que llega de Medio Oriente, “elaborado principalmente a base de sémola de trigo, tomate, cebolla, perejil y hojas de hierbabuena, y aderezado con aceite de oliva y zumo de limón.” Debe estar buenísimo. Luego, la palabra “umami” es un adjetivo que habla de “un sabor intenso y sabroso, debido especialmente al glutamato presente en algunos alimentos, como la salsa de soja o el queso curado”. Se incorporó un término acuñado por el uso, “frapé”: “Dicho de una bebida que se prepara con hielo picado o se sirve muy fría”. También se agrega “varietal”: “Dicho de un vino o de un aceite de oliva que está elaborado en exclusiva, o en su mayor parte, con una sola variedad de uva o de aceituna, respectivamente”. Y, con tres acepciones, hizo su entrada triunfal, y picantona, al diccionario de la RAE el “wasabi”: “1) Planta herbácea, originaria del Japón, similar al rábano. 2) Raíz comestible del wasabi, de sabor muy picante. 3) Pasta de color verde y sabor muy picante, hecha con la raíz del wasabi y usada como condimento en la cocina japonesa”.
Algo parecido ocurre con la palabra “musealizar”. De nuevo, ¿era necesario? Otro verbo transitivo, vamos a terminar por ponernos de punta con los intransitivos, que define la acción de “transformar en museo un lugar de interés cultural”. Y la RAE pone un ejemplo del uso: “Se pretende musealizar el yacimiento romano para asegurar su conservación”. La pregunta es si, en vez de musealizar, no suena mejor al oído “se pretende convertir en museo el yacimiento romano…” Porque, además, “musealizar” trae de la mano “musealización”, otra palabra de sonido estrepitoso. Igual tirria y ojeriza pueden despertar palabras como “atencional”, referido a la atención, o “desendeudamiento”, que lleva el significado clavado en la frente.
La palabra “temporada” incluye una nueva acepción. Además de ser, como siempre, el “espacio de varios días, meses o años que se consideran aparte formando un conjunto” y del “tiempo durante el cual se realiza habitualmente algo”, se agrega “temporada” a toda referencia a un conjunto de episodios de una serie o un programa.Para los deportistas, el diccionario de la RAE agregó “bicicross”, que define como “modalidad de ciclismo que se practica en terrenos o circuitos accidentados”; “capoeira”, el “arte marcial brasileña que combina el combate y la danza”; “curling”, con una definición que explica la actividad del “deporte de invierno practicado sobre una pista de hielo, en el que los jugadores, provistos de cepillos con los que barren la superficie, hacen que piedras pulidas empujadas desde el área de tiro se deslicen hacia una diana”; y “full-contact”, expresión que el diccionario de la RAE admite como “locución inglesa” y define como “práctica deportiva consistente en la mezcla de diversas artes marciales y en la que se golpea con los puños o los pies”.
Para no hacer más espóiler, quedan por descubrir los americanismos que la RAE aceptó como nuevas en el idioma español, y otras palabras como “granularidad, macroencuesta, sérum, microbioma, dana, micelar, aerotermia, infusionar” y “chorreo”, que es una reprimenda y no lo primero que a cualquiera se le ocurre que es.
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